Kinshasa (Agencia Fides) – Más de 70 mil niños y niñas congoleños han sido torturados, abandonados, asesinados, por ser acusados de brujería. Sólo en la región de Kinsasha 30 mil niños de la calle han sido separados de sus familias por esta razón. Gran parte de la población, maestros, profesionales, líderes religiosos, creen en la brujería. Es un fenómeno muy extendido en la cultura bantú y difícil de erradicar, según las denuncias de diversas organizaciones que trabajan para luchar contra esto (véase Fides 20/09/2014). Los principales agresores de estas pequeñas víctimas son los propios padres, la personas cercanas a predicadores de algunas iglesias “independientes” que no corresponden a ninguna estructura jerárquica, doctrina o práctica religiosa. Los “pastores” de estas iglesias, por cada exorcismo practicado, reciben donaciones de miembros de la familia que van desde los 300 a los 2.000 dólares para la “liberación”. Algunos de los exorcismos consisten en encerrar a las víctimas en casa durante días sin comida ni agua a fin de prepararlos para liberarse de los malos espíritus. Luego, los niños se presentan al pastor que comienza un ritual de gritos, cantando, bailando que se prolongan hasta que los niños caen al suelo exhaustos y aturdidos. Los activistas que luchan contra la práctica de la magia negra se enfrentan a la indiferencia general, al silencio y a la pasividad de las autoridades, y acusan a la policía de impedir la denuncia de los casos. (AP) (22/9/2014 Agencia Fides)
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