Corren malos tiempos. La sociedad enloquece y se suicida.Y quienes la formamos nos quedamos tranquilos.
Se reduce la vida al gozo inmediato, bruto. Se olvida otro modo de gozar, más arduo, menos perceptible, pero que perdura más y satisface más.
La vida, además, es frágil y merece ser defendida, cuidada, valorada. También la vida costosa, sufriente... y la incipiente...
Hoy es un mal día porque se anuncia que, aquí, entre nosotros, las leyes que debieran defederla, seguirán, a nuestro pesar, facilitando su eliminación en estado naciente... No tardaremos en facilitar su eliminación en su estado final...
Pues, si no la valoramos, no nos la mereceremos y, sin querer, la haremos desaparecer... Una pena.
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