Con motivo de la beatificación de Mons. Álvaro del Portillo me reencontré, con emoción, y no pequeña conmoción interna, con muchos amigos, entre ellos, con el P. Eleobardo, que aparece en la foto anterior, y con el Padre Miguel Angel y sus papás, que aparecen en ésta.
Ha sido un verdadero gusto y una alegría incalificable ¡Gracias de corazón por el sacrificio y el esfuerzo de venir, gracias por la amistad mantenida y acrecentada, a pesar de la distancia y el paso del tiempo! ¡Gracias!
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