El caganer es una figurita de nacimiento que se suele colocar en los belenes sobre todo en Cataluña. Representa una figura humana en el trance de hacer sus necesidades “mayores”. Tradicionalmente era un campesino ataviado con faja y barretina, colocado en un lugar discreto, habida cuenta la situación, y parece ser que el simbolismo era de fecundidad, uniendo heces y fertilidad del campo.
Del campesino de siempre, el caganer ha ido dando paso a un sinfín de personajes de la actualidad catalana, española y mundial, deportistas, actores y actrices, sin que se hayan librado de aparecer en tan comprometida situación el rey, la familia real y hasta el papa. Tanto, que uno hoy puede encontrar prácticamente cualquier personaje en tan especial momento.
Hace años que paso mis pocos días de vacaciones en Cataluña, y no hay feria de artesanía ni tienda de recuerdos que se precie que no tenga una buena colección de caganers. He de decir que en casa tengo dos: un cura y un demonio.
Cada año inventan algo. Supongo que en estos momentos el papa Francisco será un caganer muy codiciado. Lo triste es que este año han rizado el rizo, y en alarde de maldita la gracia, han convertido en caganer nada menos que a la misma Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña.
Simpáticos muchachos que supongo pretenderán que los católicos sonriamos ante lo que para ellos debería tomarse como una simple broma sin más. Pues no, no nos ha hecho ninguna gracia, al menos a un servidor y creo que a bastante gente tampoco, empezando por los propios obispos catalanes a los que imagino se acusará de serios y escaso sentido del humor. La verdad es que se ha traspasado una línea que para muchos es dolorosa. Y una cosa es ver en las estanterías a Jordi Pujol, Artur Mas, Messi, Pau Casals, Tarradellas, Hugo Chávez o el papa Francisco, y otra muy distinta a la madre de Dios de Montserrat.
Al final es lo de siempre. Atacar a un católico es barato. Lo más que te pasa es una nota de protesta o un grupito que recen algo en desagravio y a los que siempre te puedes referir como esa pandilla de cuatro frikis. Por tanto, sin problemas. Otra cosa sería rozar simplemente a otros colectivos.
Ya digo que cada año me paso unos días en Cataluña y que veo multitud de caganers en ferias de artesanía. Pues ya ven lo que son las cosas. En la zona por donde me muevo, hay multitud de personas de raza negra y una comunidad islámica mucho más que numerosa. Si les digo que no recuerdo jamás un caganer negro o un caganer musulmán. Ya ven, con tantos como hay. Pues podría quedar simpático en una esquina del belén un morito de caganer, seguro que no se les ha ocurrido. Pues nada, sugerencia para la próxima: un morito caganer como prueba de la integración de los musulmanes en la cultura catalana, o incluso una morita con burka o al menos con el hiyab. ¿A que no hay?
Próximo año: caganer morito y caganer con burka. Y sea lo que Alá quiera.
PD.: Un amable lector y comentarista me hace llegar la imagen de un caganer pirata del Mediterráneo morito al cien por cien. No está mal, aunque yo preferiría un morito corriente o una morita con burka. Pero menos es nada.
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