Los gestores del Rijksmuseum de Holanda tuvieron una idea: llevemos el arte a la gente. Tal vez de esta forma venga más gente a disfrutar del arte en el museo".
Eligieron un cuadro de Rembrandt, "Ronda de noche" de 1642, y dieron vida a sus personajes colocándolos en un concurrido centro comercial.
Les quedó la mar de chulo, la verdad.
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