Bocadillos espirituales para vivir el Tiempo Ordinario: Jueves de la 34 a. Semana – Ciclo C

“Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.” (Lc 21,20-28)



Flickr: jazbeck



“Levantad la cabeza”

El cristiano está llamado a vivir:

Con el cuerpo tieso.

Con la cabeza en alto.

Con la mirada lejos.


El gran peligro de todos está en:

Mirar encorvados.

La cabeza clavada en el presente

Los ojos mirando siempre a los pies.

Aunque algunos prefieren quedarse en el pasado.

Pero otros tampoco se arriesgan al futuro.


Jesús, en cambio nos manda “levantar la cabeza”.

Mirar lejos y pensar algo.

Es el único camino para poder vivir de la esperanza.

No se puede mirar cerca cuando el sufrimiento toca a nuestra puerta.

No se puede mirar cerca cuando las cosas nos salen mal.

No se puede mirar cerca cuando todo para cerrarnos las puertas.

No se puede mirar bajo cuando el mundo parece derrumbarse.

No se puede mirar bajo todo parece o tener futuro.


Jesús piensa otra cosa:

Cuando todo parece ir mal, es posible que entonces venga la liberación.

Cuando todo se nos pone negro, es posible que entonces comience alumbrar la vida.

Cuando nada pareciera tener futuro, es posible que recién entonces comiencen a brotar las semillas.

Cuando todo pareciera hablar de muerte, Dios comienza a hablar de Dios.


Jesús no es profeta de desgracias.

Jesús es profeta de esperanzas.

Jesús es profeta de novedades.

Jesús es profeta de la gracia: “se acerca vuestra liberación”.

Cuando todo pareciera hablar de desgracias, Dios enciende semillas de gracia.

Cuando todo pareciera hablar de esclavitud, Dios anuncia libertad y liberación.


Cuando los problemas se nos echan encima, no nos encorvemos bajo su peso.

Cuando las dificultades se nos cruzan en el camino, es cuando tenemos treparnos por encima.

Cuando todo pareciera ponérsenos oscuro, recién tenemos que abrir los ojos y ver que al fondo del túnel hay luz.


Dios es fuente de esperanza y no de desgracia.

Dios es fuente de alegría y no de tristeza.

Dios es fuente de ilusión y no de desilusión.


En los problemas: alzad la cabeza.

En las carencias: alzad la cabeza.

En las tristezas: alzad la cabeza.

Donde los demás se hunden en las desgracias, vosotros “sentid que vuestra salvación está cerca”.


Clemente Sobrado C. P.




Archivado en: Ciclo C, Tiempo ordinario Tagged: esperanza, gracia, liberacion, libertad, salvacion

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