Domingo 02 de Septiembre de 2018
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Santo de hoy - Teodora de Alejandría, Santa Penitente
Ella es una santa poco común. Me explico: generalmente los santos y santas son presentados como personajes extremadamente dotados de cualidades poco asequibles al común de los mortales. Teodora no es precisamente una de esas. Pese a lo débil que es la documentación histórica de que se dispone, el comienzo de su santidad parte de un acontecimiento nada santificable como es el adulterio
Ella es una santa poco común. Me explico: generalmente los santos y santas son presentados como personajes extremadamente dotados de cualidades poco asequibles al común de los mortales. Teodora no es precisamente una de esas. Pese a lo débil que es la documentación histórica de que se dispone, el comienzo de su santidad parte de un acontecimiento nada santificable como es el adulterio
Antífona de entrada cf. Sal 85, 3. 5
Ten piedad de mí, Señor, porque te invoco todo el día. Tú, Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan.
Oración colecta
Dios todopoderoso, de quien procede todo bien perfecto, infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes en nosotros lo que es bueno y lo conserves constantemente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Te pedimos, Dios nuestro, que esta ofrenda sagrada nos alcance tu bendición salvadora y se cumpla en nosotros lo que celebramos en esta liturgia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 30, 20
Qué grande es tu bondad, Señor. Tú la reservas para tus fieles.
O bien: Mt 5, 9-10
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos.
Oración después de la comunión
Saciados con el pan de la mesa celestial, te suplicamos, Padre, que este alimento de nuestra caridad nos fortalezca y nos impulse a servirte en los hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
1ª Lectura Deut 4, 1-2. 6-8
Lectura del libro del Deuteronomio.
Moisés habló al pueblo, diciendo: Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las leyes que yo les enseño para que las pongan en práctica. Así ustedes vivirán y entrarán a tomar posesión de la tierra que les da el Señor, el Dios de sus padres. No añadan ni quiten nada de lo que yo les ordeno. Observen los mandamientos del Señor, su Dios, tal como yo se los prescribo. Obsérvenlos y pónganlos en práctica, porque así serán sabios y prudentes a los ojos de los pueblos, que al oír todas estas leyes, dirán: “¡Realmente es un pueblo sabio y prudente esta gran nación!”. ¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos? ¿Y qué gran nación tiene preceptos y costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de ustedes?
Palabra de Dios.
Comentario
En la ley de Dios está la sabiduría para comportarnos en la vida cotidiana y vivir en santidad. No hace falta agregar mandatos ni complicar las normas, como hicieron algunos fariseos en el tiempo de Jesús. Viviendo con sencillez y teniendo como regla suprema el amor, estaremos cumpliendo la voluntad de Dios.
Salmo 14, 2-5
R. Señor, ¿quién habitará en tu Casa?
El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor. R.
El que no se retracta de lo que juró, aunque salga perjudicado. El que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que procede así, nunca vacilará. R.
2ª Lectura Sant 1, 17-18. 21b-22. 27
Lectura de la carta de Santiago.
Queridos hermanos: Todo lo que es bueno y perfecto es un don de lo alto y desciende del Padre de los astros luminosos, en quien no hay cambio ni sombra de declinación. Él ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación. Reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos. Pongan en práctica la Palabra y no se contenten solo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos. La religiosidad pura y sin mancha delante de Dios, nuestro Padre, consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas cuando están necesitados, y en no contaminarse con el mundo.
Palabra de Dios.
Comentario
¿Qué efecto produce en nosotros la Palabra de Dios? Hace que nos movamos hacia las obras buenas y, en especial, que tomemos en cuenta a los más desposeídos y necesitados. Pidamos al Espíritu Santo que suscite en nosotros, con creatividad y decisión, la forma de poner en práctica la Palabra de Dios.
Aleluya Sant 1, 18
Aleluya. El Padre ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación. Aleluya.
Evangelio Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras, de la vajilla de bronce y de las camas.
Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?»
Él les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos". Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres».
Y Jesús, llamando a la gente, les dijo: «Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre».
Palabra del Señor.
Comentario
Jesús se vuelve radicalmente contra las leyes y las tradiciones que no están enraizadas en el centro del mandamiento del amor a Dios y al prójimo, sino originadas simplemente por egocentrismo “humano” y que buscan ventajas personales a costa de los demás. Con mayor razón, Jesús condena el fingimiento y la falsedad de las personas que buscan fundamentar esas ventajas “en nombre del templo”, es decir, de la fe. Definitivamente, lo más importante es educar el propio corazón en lo principal: el amor a Dios y al prójimo.
Oración introductoria
Señor Jesús, gracias porque tú has querido poner tus mandamientos dentro de mi corazón. Señor, ayúdame a interiorizar tus palabras para que pueda cumplir mejor tu voluntad. Te ofrezco esta meditación por todos aquellos que te honran únicamente con los labios, pero su corazón está alejado de ti. Dios mío, que pueda comprender aquello que nos revelaste por boca del profeta Jeremías para entender mejor este evangelio: "Pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo" (Jer 31,33).
Petición
Señor, purifica mi alma para que pueda honrarte con mi mente, mi voluntad y mi corazón
Meditación
1.- Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres. El cristianismo, desde sus primeros tiempos, tuvo que optar entre la fidelidad al evangelio de Jesús y el cumplimiento de algunas tradiciones judías. Podemos pensar, poniendo sólo algunos ejemplos muy conocidos, en el cumplimiento estricto del descanso sabático y la ayuda urgente a enfermos, entre la ley del talión y el amor y el perdón a los enemigos, entre la necesidad de circuncidar o no circuncidar a los no judíos convertidos al cristianismo, entre la pureza estrictamente legal y la pureza del corazón, etc. La actitud de Jesús en todos estos casos la conocemos muy bien por los evangelios y sabemos que san Pablo y demás apóstoles tuvieron que sufrir mucho por mantenerse fieles al Maestro. Lo importante es que también nosotros, ahora, sepamos siempre optar por la fidelidad al evangelio de Jesús, frente a ciertos tradicionalismos estériles y vacíos. La pureza legal y ritual no debe nunca servirnos para justificar la mezquindad del corazón. No queramos tapar nuestra falta de misericordia, de perdón, de amor generoso y desinteresado a Dios y al prójimo, con el simple cumplimiento de ritos, rezos, ayunos y sacrificios. Jesús nos lo dice hoy muy claro en este evangelio: lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Nuestra principal tarea, a lo largo de toda nuestra vida es purificar nuestro corazón, tratando de hacerle lo más posible semejante al corazón de Jesús. Porque sólo en la medida en que nuestro corazón se parezca cada día un poco más y más al corazón de Cristo, podremos decir que vamos avanzando en la verdadera virtud cristiana.
2.- Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir… Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos. En el Deuteronomio –segunda ley– están escritos los mandatos y decretos que Dios, por medio de Moisés, dio a su pueblo, para que fuera un pueblo sabio e inteligente. No hay duda que este texto bíblico tiene una clara intención apologética de la historia del pueblo de Israel, como pueblo elegido especialmente por Dios como pueblo predilecto suyo. Nosotros, los cristianos, somos en nuevo pueblo de Israel por Jesús de Nazaret. No sólo la cercanía, sino la comunión perfecta de Jesús con su padre Dios, deben servirnos a nosotros, los cristianos, discípulos de Jesús, para considerar siempre a Dios como un Dios cercano a nosotros, que nos ama y nos escucha siempre que le invocamos. Debemos vivir nuestro cristianismo como una relación de amor íntimo y cordial con Jesús y con Dios nuestro Padre.
3.- Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es esta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo. Me parece importante resaltar que, en este texto, el apóstol Santiago nos dice que la mejor manera de aceptar la palabra de Dios y llevarla a la práctica es atender a las personas necesitadas. Pidamos nosotros, pues, que Dios nos dé un corazón puro y misericordioso siempre dispuesto a ayudar a quien más nos necesite. Así lo hizo nuestro Señor Jesús.
Propósito
Hacer un pequeño examen de conciencia por la noche y preguntarme si en las acciones del día he procedido con una buena intención en mis actos externos.
Diálogo con Cristo
Jesús, me acerco a ti porque no quiero ser un cristiano sólo de "tradición" sino que quiero hacer una experiencia más profunda de tu presencia en mi vida. Ayúdame a valorar todo lo que he recibido a través de la fe católica y a ahondar más en sus exigencias y compromisos para ayudar más a mis hermanos los hombres.
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