Sagrario de mi mente, con la idea de Dios,
rodeada de un silencio
que ni aun ángeles turban,
ni siquiera una tenue oscilación de llama
votiva.
Oh mi idea
de Dios, inmensa soledad,
a solas con mi Dios, allá en las galerías,
en los oscuros arcos
del cerebro.
Tirana mente mía.
mente creada,
único continente capaz de lo increado,
templo de Dios.
Tal si yo encierro,
a través de una lente,
en pequeñita caja,
todo el fuego del astro de la vida,
allí se reconcentra, diminuto,
tanto que la materia
arde.
Sí, mi intuición de Dios
es muy pequeña,
mas
cuando yo pienso “Dios”,
allí, en pequeño foco,
representado está mi Dios inmenso,
y me escuece,
y me abrasa.
La carne se me abrasa
y el alma casi vuela, como un humo
azul hacia el azul.
Creación tiene un polo: hombre se llama
Dámaso Alonso
Creación tiene un polo: hombre se llama
Dámaso Alonso
Juan Ramón Domínguez Palacios
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