Veinticinco entre los tres pueblos

De cuando en cuando les voy contando mis avatares por estos pueblos de Dios. Estoy bien y contento, y haciendo lo que buenamente se puede.

Este pasado lunes la Iglesia celebraba la solemnidad del buenazo de San Jose. Uno de esos días raros, a los que nos tendremos que acostumbrar cada vez más, que a la vez son laborables en lo del trabajo y de precepto en cuanto las cosas de la fe. Pues hay que facilitar a los fieles el que puedan cumplir con el precepto. Pregunté a una de las principales colaboradoras:

-          ¿Qué horario de misas ponemos?

-          No sé, pregunta a las chicas.

Las chicas son esas señoras mayores, ya abuelas e incluso alguna bisabuela, que son la base de la vida parroquial por su constancia, dedicación, capacidad de servicio y mucho sentido común.

-          ¿A qué hora decimos la misa de San José?

-          ¿No ha sido siempre fiesta grande? Pues entonces el horario del domingo y que venga el que pueda.

Así se hizo. Horario de domingo en las tres parroquias, pensando que estaríamos los justos.

Vaya mañanita que amaneció en San José. Una nevada de las buenas, aprovechando que está entrando la primavera. Ahí tienen cómo estaba la entrada de la parroquia de Braojos a la hora de la misa, las 13 h. La carretera con sus dificultades. Los pueblos, ni les cuento. Las iglesias más frías que congelador industrial. Pues ya ven. Todavía asistieron a misa veinticinco personas entre los tres pueblos.

Misa cantada, como está mandado. Solemne. Lo mejor que pudimos y supimos. Los poquitos que fueron, con ganas de celebrar el día grande de San José y del padre.

Posiblemente esto a algunos les pueda producir una enorme tristeza. Incluso se preguntarán si merece la pena tomar el coche, hacerte unos pocos kilómetros entre nieve y hielo y celebrar tres misas cuando en cada parroquia te vas a reunir con tres o cuatro.

Claro que merece la pena. Hacerlo significa que al señor cura le ven llegar al pueblo sin importarle el frío. Es tañer las campanas para que se sepa que hay misa porque celebramos san José. Es ver a tres o cuatro que salen de casa en dirección a la iglesia. Es celebrar la eucaristía en cada pueblo, pedir por los fieles, es gracia, es don de Dios. Y eso merece la pena aunque vaya un solo feligrés, aunque esté el sacerdote solo. Siempre será la misa de la parroquia, la que se aplica por todos.

Un grave error valorar la misa por el número de asistentes. La misa es lo que es por lo que en ella se celebra: la entrega de Cristo en la cruz por nosotros. La misa es el centro de la vida cristiana, con fieles o sin ellos, es fuente de gracia con gente o no.

¿Veinticinco entre los tres pueblos? Una bendición de Dios. Y aunque no fuera nadie.

Let's block ads! (Why?)

01:58

Publicar un comentario

[facebook][blogger]

SacerdotesCatolicos

{facebook#https://www.facebook.com/pg/sacerdotes.catolicos.evangelizando} {twitter#https://twitter.com/ofsmexico} {google-plus#https://plus.google.com/+SacerdotesCatolicos} {pinterest#} {youtube#https://www.youtube.com/channel/UCfnrkUkpqrCpGFluxeM6-LA} {instagram#}

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets