San Carlos Lwanga y compañeros, mártires
(MO). Rojo.
Durante el siglo XIX, misioneros católicos y anglicanos llegaron a Ruanda. La actitud de las autoridades fue benevolente en un primer momento, pero cuando los cristianos denunciaron los abusos de poder, comenzó la persecución contra los misioneros. Muchos de ellos sufrieron terribles torturas y otros fueron quemados vivos. Carlos Lwanga era un joven ugandés de 20 años, que pertenecía a la corte y fue martirizado en el año 1885. Hoy es el patrono de la juventud africana.
Antífona de entrada cf. Sab 3, 6-7. 9
El Señor probó a sus elegidos como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto. Por eso brillarán cuando Dios los visite, porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos. Aleluya.
Oración colecta
Dios nuestro, que hiciste de la sangre de tus mártires semilla de nuevos cristianos, concédenos bondadosamente que el campo de tu Iglesia, regado por la sangre de san Carlos Lwanga y sus compañeros, te brinde siempre una generosa cosecha. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Al presentar nuestros dones, Señor, te pedimos que, así como diste a tus mártires la gracia de morir antes que pecar, nos concedas también a nosotros, servirte en tu altar con total entrega. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona Sal 115, 15
Es valiosa a los ojos del Señor la muerte de sus santos. Aleluya.
Oración después de la comunión
Te pedimos, Padre, que estos divinos sacramentos, recibidos en la conmemoración de tus santos mártires, como a ellos les dieron el valor para superar los tormentos, a nosotros con concedan, en medio de las adversidades, la perseverancia en la fe y en la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lectura Hech 28, 16-20.30-31
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Cuando llegamos a Roma, Pablo recibió autorización para alojarse en una casa particular con un soldado que lo custodiara. Tres días después convocó a los judíos principales, y cuando se reunieron les dijo: “Hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres, fui arrestado en Jerusalén y puesto en manos de los romanos. Después de interrogarme, quisieron dejarme en libertad, porque no encontraban en mí nada que mereciera la muerte; pero ante la oposición de los judíos, me vi obligado a apelar al Emperador, sin querer por esto acusar en nada a mi pueblo. Por eso he querido verlos y hablarles, ya que a causa de la esperanza de Israel llevo estas cadenas”. Pablo vivió dos años enteros por sus propios medios, recibiendo a todos los que querían verlo, proclamando el Reino de Dios, y enseñando con toda libertad y sin encontrar ningún obstáculo, lo concerniente al Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.
Comentario
La escena marca el final del libro de los Hechos de los Apóstoles. Pablo ha llegado al lugar más inesperado para hacer conocer a Cristo. Y ha cumplido con la misión que le ha dado Jesús de predicar a todo el mundo.
Sal 10, 4-5. 7
R. ¡Los que son rectos verán tu rostro, Señor!
El Señor está en su santo Templo, el Señor tiene su trono en el cielo. Sus ojos observan el mundo, sus pupilas examinan a los hombres. R.
El Señor examina al justo y al culpable, y odia al que ama la violencia. Porque el Señor es justo y ama la justicia, y los que son rectos verán su rostro. R.
Aleluya cf. Jn 16, 7. 13
Aleluya. “Les enviaré el Espíritu de la verdad; él les hará conocer toda la verdad”, dice el Señor. Aleluya.
Evangelio Jn 21, 19-25
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús resucitado había anunciado con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que te va a entregar?” Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: “Señor, ¿y qué será de éste?” Jesús le respondió: “Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme”. Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: “Él no morirá”, sino: “Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?”. Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero. Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relatara detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían.
Palabra del Señor.
Comentario
¿Por qué nos preguntamos siempre cómo será la relación de los demás con Jesús? ¿Por qué tanta intriga respecto de hacia dónde caminan los demás? Jesús nos enseña a mirarnos a nosotros mismos y nuestra relación con él, y nos dice: “Tú, sígueme, que de los demás yo mismo me ocupo”.
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