1. A pesar de lo obvio, muchos no lo practican: lo primero es pedirles su opinión y escuchar atentamente.
2. Si la solución que ellos te plantean parece inviable o peligrosa, mantén la calma porque si te alteras podrías asustarlo, ofenderlo y será difícil que vuelva a confiar en ti.
3. Ayúdale a evaluar su propuesta. Por ejemplo pídele que te explique cómo y cuándo tendrá que concretar su propuesta, y cuáles serán las dificultades para concretarla. En este momento, se dará; cuenta de la viabilidad real de su propuesta.
4. Si insiste en que su propuesta es buena, aunque tú tienes claro que no es viable, deja que intente concretarla (sólo si no es un peligro para él ni su entorno).
5. En la fase posterior, tienes que acompañar, motivar y apoyar. Tal vez puede probar que su plan funciona. Si la propuesta no funcionó, no le digas ya te lo dije; y tampoco te burles ni lo rechaces. Ayúdale a identificar y comprender los errores, y luego ayúdale a readecuar el plan para que lo intente nuevamente.
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