17 de abril.

Mosaico multiplicación de los panes.

Mosaico multiplicación de los panes.



VIERNES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA


PRIMERA LECTURA DE LA MISA


Salieron contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús


Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 34-42


En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo

el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a

aquellos hombres y dijo:

—«Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. No hace mucho

salió un tal Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos

cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a todos sus secuaces, y todo

acabó en nada.

Más tarde, cuando el censo, salió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del

pueblo;también pereció, y dispersaron a todos sus secuaces.

En el caso presente, mi consejo es éste: No os metáis con esos hombres;soltadlos. Si

su idea y su actividad son cosa de hombres, se dispersarán;pero, si es cosa de Dios,

no lograréis dispersarlos, y os expondríais a luchar contra Dios.»

Le dieron la razón y llamaron a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar

en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de

haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. Ningún día dejaban de

enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo.


SALMO RESPONSORIAL


Salmo responsorial Sal 26, 1. 4. 13-14 (R/.: cf. 4ab)


R/. Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.

O bien:

Aleluya.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi

vida, ¿quién me hará temblar? R/.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi

vida;gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé

valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R/.


Aclamación del Evangelio


Aleluya Mt 4, 4b


No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.


EVANGELIO DE LA MISA


Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron.


Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 1-15


En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de

Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con

los enfermos.

Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.

Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al

ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:

—«¿Con qué compraremos panes para que coman estos?»

Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.

Felipe le contestó:

—«Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.»

Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:

—«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces;pero,

¿qué es eso para tantos?»

Jesús dijo:

—«Decid a la gente que se siente en el suelo.»

Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron;solo los hombres eran unos cinco

mil.

Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban

sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.

Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:

—«Recoged los pedazos que han sobrado;que nada se desperdicie.»

Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de

cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo

que habla hecho, decía:

—«Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.»

Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la

montaña él solo.


_________________________________


1. a) Sensato razonamiento el que propone Gamaliel a sus compañeros del Sanedrín, indignados por el discurso de Pedro.


Gamaliel era doctor de la ley, y sabemos que fue maestro de Pablo. Era de la escuela de Hillel, conocida por su talante más liberal y una interpretación más humana y amplia de la ley.


Las autoridades de Israel no se tienen que precipitar en su juicio: no vayan a oponerse a la voluntad de Dios. Por muy incómoda que sea la actitud de estos discípulos de Jesús, los miembros del Sanedrín no se deberían dejar guiar de motivaciones viscerales, sino de una sensatez hecha de fe en Dios y de prudencia humana.


Los apóstoles, por su parte, siguen sorprendentemente valientes, impertérritos en su propósito de seguir anunciando a Cristo Jesús, a pesar de todas las prohibiciones. Al pie de la cruz casi todos habían huido cobardemente. Ahora, después de recibir los azotes, aparecen «contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús».


b) Una primera lección nos la da Gamaliel a los cristianos de hoy. No tendríamos que asustarnos demasiado de los varios movimientos, más o menos «mesiánicos», que van apareciendo también en nuestros tiempos. Es difícil ejercitar lúcidamente un discernimiento de estos casos. Cuántas veces en la historia, personas que habían sida perseguidas y tachadas de heterodoxas en su tiempo, luego resultaron ser proféticas -por tanto incómodas- y claramente movidas por el Espíritu para bien de su Iglesia. Y viceversa: movimientos que parecían brillantes se demostraron vacíos de Espíritu y cayeron por su propio peso.


El problema ha sido de siempre. En el libro de los Hechos, en días sucesivos, encontraremos momentos en que los responsables de la comunidad tuvieron que ejercitar -casi siempre comunitariamente, con el parecer de todos- el discernimiento sobre las situaciones que se iban creando, por ejemplo de los cambios que se iban a dar en la nueva comunidad de Antioquía.


No es que haya que ignorar los hechos o las direcciones nuevas que van surgiendo, que en efecto pueden ser o muy beneficiosas o perjudiciales para la vida de la comunidad. Pero el discernimiento hay que hacerlo sin angustias, sin prisas y comunitariamente. Y con la finalidad de ser fieles a la voluntad del Espíritu, no a nuestros gustos o intereses: discerniendo, por tanto, también nuestras propias motivaciones en el apoyo o en el rechazo de los varios casos.


Es lo que Jesús recomendó a sus discípulos, con la parábola del trigo y la cizaña, para que no se precipitaran ni en sus juicios ni en sus decisiones.


c) De nuevo el ejemplo de los apóstoles nos pone en evidencia.


Ellos están dispuestos no sólo a seguir predicando, sino a asumir los sufrimientos que su misión comporte. Siguiendo el ejemplo de su Maestro, ya saben que van a ser perseguidos.


Y hasta son capaces de entender ahora la bienaventuranza que en su tiempo tal vez les pareció extraña: «bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa: alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos» (Mt 5, 11-12).


2. a) A partir de hoy, y durante ocho días, escuchamos el capítulo 6 del evangelio de Juan, el discurso del Pan de Vida.


Los evangelistas cuentan repetidas veces el milagro de la multiplicación de los panes. El relato de Juan es importante y programático para entender la persona de Jesús, y en concreto el lugar que el binomio Fe y Eucaristía ocupan en la comunidad cristiana.


La escena cuenta con detalles expresivos: la iniciativa del mismo Jesús conmovido por la fidelidad de la gente, a pesar del no excesivo entusiasmo de sus apóstoles por la idea; su protagonismo, más subrayado en Juan que en los relatos de los otros evangelistas; la cercanía del día de Pascua, matiz simbólico recordado por Juan; la simpática aportación de los cinco panes y los dos peces por parte de un joven; la reacción humana y «política» de la gente que quiere a Jesús como rey, entendiendo mal su mesianismo, Ia terminología «eucarística» del relato, aunque evidentemente no sea una Eucaristía: el milagro va a ser interpretado -como leeremos los próximos días- como un «signo» revelador de la persona de Jesús, y en último término referido claramente a la Eucaristía que celebra la comunidad cristiana.


b) En un mundo también ahora desconcertado y hambriento, Cristo Jesús nos invita a la continuada multiplicación de su Pan, que es él mismo, su Cuerpo y su Sangre.


También ahora la Eucaristía se puede entender como relacionada a los dones humanos y limitados, pero dones al fin, que podemos aportar nosotros. Los cinco panes y dos peces del joven pueden compararse a los deseos de justicia y de paz por parte de la humanidad, el amor ecologista a la naturaleza, la igualdad apetecida entre hombres y mujeres, y entre razas y razas, los progresos de la ciencia: Jesús multiplica esos panes y se nos da él mismo como el alimento vital y la respuesta a las mejores aspiraciones de la humanidad.


Nosotros, los que podemos gozar de la Eucaristía diaria, apreciamos más todavía el don de Cristo que se nos da como Palabra iluminadora y como Pan de vida.




17:09
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