Otro día más dedicado a correcciones gramaticales de Historia del Mundo Angélico. Y, ojo, sólo gramaticales, casi ninguna de estilo. Porque me dedico a incorporar al texto las observaciones que un filántropo de la gramática, colombiano, me está haciendo desde el otro lado del océano.
He dedicado hoy más de una hora o dos a repasar las reglas acerca del uso de las comas. Mis anotaciones personales sobre este espinoso tema suponen diez páginas.
Queridos lectores, vosotros no os preocupéis: poned las comas como os plazca, incluso de un modo aleatorio. Compadezco al pobre, que como yo, quiera poner orden en su mente sobre este tema tan torturador.
Si alguien piensa que estoy exagerando que eche una hojeada a este link de la Real Academia:
De verdad que ahora mismo me apuntaría a cualquier yihad contra la dictadura del uso complicado de las comas. Y sería muy comprensivo con cualquier terrorista linguístico que hiciera explotar una bomba gramatical en medio de esas inhumanas listas de reglas.
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