Bocadillos espirituales para vivir el Tiempo Ordinario: Miércoles de la 21 a. Semana – Ciclo A

“Habló Jesús diciendo: “Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que se parecen a sepulcros blanqueados ¡Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo ustedes, por fuera parecen justos, pero por dentro están repletos de hipocresías y crímenes”. ( Mt 23,27-32)


Confieso que tengo ganas que termine este discurso de los “Ay de vosotros”.

Uno de los mayores discursos de Jesús.

Y dirigido a los dirigentes de la religión de Israel.

Reconozco que hay que tener pantalones para decirles tantas cosas en las narices.

Y el caso es que no parece que tuviese respuesta.

Es que, cuando uno vive una dualidad de vida, tampoco se atreve a defenderse mucho porque, en el fondo, se siente tocado y sin argumentos.


En la Iglesia hemos vivido:

Un gran respeto a la autoridad.

Una gran veneración a la autoridad.

Una gran estima a la autoridad

Un gran respeto a la autoridad.

¿Quién se atrevía a criticarlos?

Hoy pareciera que se ha roto ese misterio que siempre ha rodeado a nuestras autoridades.

Y hasta es posible que nos hayamos pasado al otro lado.

Porque: ¿quién no se siente con derecho a criticarles?

Y no cabe duda de que hoy son objeto de crítica.

Y es claro que han bajado de estima para muchos.


¿Será esto una gracia de Dios a su Iglesia, que nos ayuda:

a colocarlos en su lugar?

a bajarlos de su pedestal?

a que también ellos se reconozcan en su verdad y no en su apariencia?


Jesús insiste en las apariencias vacías.

Insiste en el peligro de ser como sepulcros blanqueados por fuera, pero por dentro llenos de podredumbre y huesos.

El Papa Francisco, que desea una iglesia más humilde y cercana a la gente, decidió suprimir los títulos honoríficos, entre ellos el de “monseñor”, una medida para acabar con el clasismo y el espíritu mundano dentro de la jerarquía eclesiástica.

El Secretario de Estado del Vaticano envió una carta a los nuncios o embajadores de la Santa Sede en todo el mundo para que informen a los obispos sobre la medida”.

El único título que los obispos podrán conservar es el de “capellán de su Santidad”.


Por eso el Papa en su homilía a los Obispos en el Encuentro con la juventud en Río Janeiro les dijo paternalmente:

“Ser llamados por Jesús, llamados para evangelizar y, tercero, llamados a promover la cultura del encuentro. En muchos ambientes, y en general en este humanismo economicista que se nos impuso en el mundo, se ha abierto paso una cultura de la exclusión, una «cultura del descarte». No hay lugar para el anciano ni para el hijo no deseado; no hay tiempo para detenerse con aquel pobre en la calle.

A veces parece que, para algunos, las relaciones humanas estén reguladas por dos «dogmas»: eficiencia y pragmatismo. Queridos obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, y ustedes, seminaristas que se preparan para el ministerio, tengan el valor de ir contracorriente de esa cultura. ¡Tener el coraje! Tengan el valor de ir contracorriente de esta cultura eficientista, de esta cultura del descarte. El encuentro y la acogida de todos, la solidaridad, es una palabra que la están escondiendo en esta cultura, casi una mala palabra, la solidaridad y la fraternidad, son elementos que hacen nuestra civilización verdaderamente humana”.


El Papa Francisco quiere acabar con la pintura.

Quiere acabar con la apariencia y centrarse en la verdad de Jesús.

Quiere acabar con esos vacíos que se crean entre las altura y el llano.

Quiere la cultura del “encuentro y acogida de todos, la solidaridad”.

Quiere una Iglesia “de llamados” que sienten por dentro la voz de Jesús.


Yo no quiero hacerme el juez de nadie.

Jesús tuvo el coraje de decir todas estas lamentaciones a los pastores de la religión de Israel.

Tal vez hoy necesitásemos de un Papa Francisco que nos invita a desnudarnos de nuestras apariencias y volvamos a nuestra verdad evangélica.

Por eso, no quiero pensar solo en los de arriba.

Porque ¿a caso en el valle no existen demasiados sepulcros blanqueados por fuera?

Sacerdotes blanqueados.

Consagrados blanqueados.

Maridos blanqueados.

Esposas blanqueadas.

Hijos blanqueados.

Bautizados blanqueados.


Jesús nos llama a la cultura del Evangelio.

A la cultura de la verdad.

A la cultura de la autenticidad.

A la cultura del ser y no tanto del aparentar.


Clemente Sobrado C. P.




Archivado en: Ciclo A, Tiempo ordinario Tagged: coherencia, hipocresía, jerarquia, obispos, testimonio
15:14

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