San Juan XXIII y San Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar las
heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado.
No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de
su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano (Cf. Is 58,7),
porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres
valerosos, llenos de la parresia del Espíritu Santo, y dieron testimonio
ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia.
Así Papa Francisco presentó a la Iglesia y al mundo los dos nuevos
santos, el italiano Angelo Giuseppe Roncalli, Papa de 1958 a 1963, y el
polaco Karol Wojtyla, pontífice de 1978 a 2005. La misa de
canonización, en el Domi ...
heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado.
No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de
su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano (Cf. Is 58,7),
porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres
valerosos, llenos de la parresia del Espíritu Santo, y dieron testimonio
ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia.
Así Papa Francisco presentó a la Iglesia y al mundo los dos nuevos
santos, el italiano Angelo Giuseppe Roncalli, Papa de 1958 a 1963, y el
polaco Karol Wojtyla, pontífice de 1978 a 2005. La misa de
canonización, en el Domi ...
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