Del Vatican Insider
“Hay sacerdotes que son más papistas que el Papa”. Una frase hecha, un refrán como tantos otros. Sólo que fue pronunciado por el mismo Francisco, en una conversación con su compatriota Jakelin Lisbona. Una mujer que está unida por civil con un hombre divorciado y vuelto a casar. A ella Bergoglio le aconsejó que tome la comunión, no obstante su circunstancia personal. Ese hecho se convirtió en una noticia que dio la vuelta al mundo.
“El Papa asegura que un divorciado no hace mal a tomar la comunión”. Ese titular ha inundado en las últimas horas los medios de comunicación de los cinco continentes. Pero esa lectura de la información no es exacta, porque la persona con la cual habló el pontífice no es una divorciada y vuelta a casar, como se pensó originalmente.
“Yo no soy la divorciada”, aclaró una de las protagonistas de la historia. Lo hizo en una entrevista con radio La Red AM910 de Buenos Aires. Lisbona aclaró que el divorciado es su marido, Julio Zabeta, mientras ella nunca se casó por la Iglesia. Ambos están unidos en matrimonio civil desde hace 19 años y tienen dos hijas.
“Éramos de ir a misa, no todos los días. Acá en casa rezamos todas las noches, se le pide a Dios todo el tiempo, cuando uno está en una situación apremiante al primero que le pide es a Dios. Escribir la carta se me ocurrió, me salió. Le escribí porque es argentino, escucha a la gente y pienso que los milagros existen”, contó ella.
Relató además que el año pasado ella buscó acceder de nuevo a la comunión y el sacerdote local no sólo le dijo que no podía comulgar, también le señaló que no podía acceder al sacramento de la confesión. “(Me explicaron que) cuando volvía a mi casa, volvía a estar en pecado”, añadió.
Agregó que fue entonces cuando le escribió al Papa Francisco explicándole toda la situación. La carta la mandó en el mes de septiembre de 2013.
“Sonó el teléfono y atendió mi marido. Dijo que era el padre Bergoglio. El padre pidió por mí y (mi esposo) preguntó: ‘de parte de quién’. Él respondió: ‘el padre Bergoglio’. Yo le pregunté si en realidad él era el Papa y me dijo que si, que estaba respondiendo a mi carta del mes de septiembre”, añadió.
Durante la entrevista Lisbona no quiso ofrecer muchos detalles, pero confirmó el consejo de Francisco: que se acercase a comulgar “sin problemas”. Y apuntó: “Esto tomó un estado público demasiado grande. Me dijo que fuera a tomar la comunión a otra parroquia, pero ahora no voy a poder ir a ningún lado”.
Además reveló un detalle curioso: el sacerdote que le negó la comunión ya no ejerce el ministerio. Pidió la dispensa para casarse con una mujer.
Según la señora el Papa le habría dicho que “está tratando el tema” de los divorciados y vueltos a casar, en una clara referencia a las próximas dos asambleas del Sínodo de los Obispos (2014 y 2015), dedicadas a la pastoral familiar. “Aseguró que mi carta le servía para tratar este asunto”, apuntó.
“(En un momento) me dijo que hay curas más papistas que el Papa. Me hablaba normalmente, yo traté de hablar con el mayor de los respetos. Ahora estoy sobrepasada por la dimensión que tomó el caso, estoy emocionada por haber hablado con Francisco. Le dije que le iba a escribir de nuevo cuando vaya a tomar la comunión”, estableció.
Por lo pronto la Santa Sede no ha querido pronunciarse sobre la veracidad de la llamada de Bergoglio a Jakelina Lisbona. Tampoco la ha desmentido. Para la sala de prensa vaticana se trata de una comunicación privada del líder católico y, por lo tanto, no se hicieron comentarios al respecto.
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