Esta mañana termina con la santa misa el capítulo provincial de Aragón- Valencia. Ayer, antes de concluir aprobamos un mensaje dirigido a toda la gran Familia del Carmelo, de la que también forman parte los lectores de este blog. Como me parece una reflexión interesante, la comparto.
Queridos hermanos y hermanas en el Carmelo (frailes, monjas, miembros del Carmelo Seglar, religiosas de congregaciones afiliadas y laicos unidos a la Orden por distintos vínculos):
El capítulo provincial de los Carmelitas Descalzos de Aragón-Valencia se ha reunido en nuestro centro de espiritualidad del Desierto de las Palmas del 22 al 26 de abril de 2014 para cumplir con lo determinado por nuestras Constituciones: «Deliberar sobre los asuntos más importantes de la Provincia, preocupándose del estado espiritual y temporal de la misma [… y] hacer las elecciones» correspondientes (n. 195).
Somos conscientes de la gravedad del momento presente y de los cambios vertiginosos que se producen a nuestro alrededor y que también nos afectan a nosotros. El papa Francisco nos lo recuerda y nos invita a tomar conciencia de que «la humanidad vive en este momento un giro histórico» (Evangelii Gaudium, n. 52), por lo que ya no sirven algunas propuestas de vida cristiana y de evangelización que en otro tiempo fueron válidas. Por eso nos pide el valor de «abandonar el cómodo criterio pastoral del “siempre se ha hecho así”. Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades» (ídem, n. 33).
Desde hace varios años, los Carmelitas Descalzos de la península Ibérica estamos haciendo un camino comunitario de reflexión que nos ha llevado a conclusiones similares, que quedan recogidas en el Documento programático para la creación de la nueva Provincia del Carmelo Descalzo Ibérico: «Nos encontramos ante un cambio de época, estamos en tiempos de crisis permanente; hay cambio de valores, pero también es tiempo de oportunidades únicas y nuevas» (p. 9).
En estos momentos concretos que nos han tocado vivir también somos conscientes de lo que afirma san Pablo: «Este es el tiempo favorable. Ahora es el día de la salvación» (2Cor 6,2). Por eso, afirmamos con el Documento Programático: «Ni añoramos el pasado ni ignoramos la gravedad y el valor del momento presente, pues ya nos avisa nuestra Santa Madre de lo inútil e injusto que es quejarse de los tiempos que nos han tocado: “Si no vieren lo que ahora hay, no lo echen a los tiempos, que para hacer Dios grandes mercedes a quien de veras le sirve, siempre es tiempo” (Fundaciones, 4,5)» (p. 10). Y nuestro Santo Padre también afirma que «el Señor descubrió siempre los tesoros de su Sabiduría y Espíritu a los mortales. Pero ahora que la malicia va descubriendo más su cara, más los descubre» ( Dichos, 1).
Ese «ahora» del que hablan san Pablo, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz es también el nuestro. Sabemos que las misericordias del Señor no se han terminado ni se pueden terminar. Por eso queremos vivir el presente como una oportunidad, conscientes de que en estas circunstancias concretas, el Señor nos sigue ofreciendo su gracia.
Por eso hemos votado afirmativamente a la propuesta de unirnos a la nueva Provincia Ibérica que se creará próximamente, a pesar de los temores e incertidumbres que nos provoca entrar a formar parte de un proyecto aún no definido totalmente. No somos ingenuos, por lo que sabemos que encontraremos dificultades y que no se resolverán automáticamente nuestros problemas. De todas formas –después de estudiarlo personal y comunitariamente, dialogarlo y orarlo– pensamos que esta reestructuración de nuestras presencias en la península Ibérica es necesaria e inaplazable, y no solo por motivo de la disminución de vocaciones y la media de edad elevada de nuestros religiosos, sino principalmente para crecer en la comunión, ayudarnos a vivir más intensamente nuestra vocación y realizar mejor nuestra misión en la Iglesia.
La lectura personal y comunitaria de los escritos de la Santa Madre, que estamos realizando como preparación a la celebración del quinto centenario de su nacimiento, nos suscita el deseo de «reavivar su espíritu en nosotros, impregnarnos de la sabiduría que destilan sus escritos, acercándonos a ellos en actitud de escucha, como discípulos y como hijos, para dar así un nuevo impulso a nuestra vida conforme a nuestro carisma teresiano al servicio de la Iglesia y del mundo. Buscamos su palabra como fuente de esperanza en nuestra experiencia humana, cristiana y carmelitana». (Para Vos nací, n. 3).
Iluminados por santa Teresa de Jesús, renovamos nuestros deseos de poner en práctica los valores que ella nos dejó como herencia, especialmente la práctica de las virtudes humanas y evangélicas como cimiento de nuestra consagración religiosa, la naturalidad y «llaneza» en la vida fraterna, el ideal contemplativo y apostólico, la sensibilidad ante los sufrimientos de los hermanos y las necesidades de la Iglesia. A ella, que es la titular histórica de esta Provincia religiosa de Aragón-Valencia, pedimos que nos comunique su «determinada determinación» para caminar unidos y esperanzados en esta nueva etapa que se abre ante nosotros.
Reafirmamos también nuestro deseo de comunión y colaboración con todos los que formamos la gran familia del Carmelo Teresiano. A todos os encomendamos en nuestra oración y pedimos al Señor sus abundantes bendiciones para todos vosotros.
Desierto de las Palmas, 26 de abril de 2014
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