La segunda es la del obispo de la diócesis de Superior. Os aseguro que no tengo ninguna diócesis secreta.
A ver si vais a creer que lo de los libros era una excusa; y que, en realidad, yo tenía una sede episcopal oculta. Cuando la gente entra en mi casa, ve en el recibidor esta foto enmarcada en el centro y me pregunta por ella. Siempre les digo que es porque le tengo un gran aprecio a ese obispo.
La tercera foto, "Sacerdote besando el anillo burkeniano", tuve que mirarla varias veces. Yo mismo dudé si no era yo. Además, me había encontrado con ese cardenal en Roma casualmente. Pero no, no soy yo. Señor juez, no soy yo, no estuve allí.
La última foto la tomó una amiga mía dentista. Mientras estaba hablando conmigo, me dijo: “No te lo vas a creer, pero estoy viendo delante de mí, en San Sebastián (Guipúzcoa) a uno que es exacto a ti. Juzgad por vosotros mismos.
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