Lo leí hace un tiempo, aunque no lo llegué a terminar. Ahora lo leo con verdadera pasión y gran provecho. Habla del alma, de la naturaleza, de Dios y de la persona humana. Y habla al corazón y lo golpea.
Es un libro escrito para la intimidad pero que se da a conocer para que llegue a otras intimidades y sensibilidades.
Emociona porque muestra un alma grande, la utora, que encontró un gran pastor de almas, San Juan Pablo II, y con amistad y oración y contemplando la naturaleza y reflexionando, se encaminan hacia Dios.
En estos días largos y calurosos es de gran provecho sumergirse en estas páginas de cielo.
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