La multiplicación de los panes y los peces.
Con este milagro se prefigura la Eucaristía.
Si hay que alimentar hambrientos de pan Dios lo hace a lo grande: sobraron 12 cestos.
Si hay que alimentar a quienes hambrean vida eterna Dios derrocha su propia vida para que nadie, nunca más se vea perdio ante la muerte.
Bendito y divino derroche!
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