De las tres hermanas Brontë, se dice que Emily fue la verdaderamente genial. Las tres compartían la pasión por la literatura y la fantasía, y las tres eran jóvenes extrañas y poco adaptadas socialmente.
Después de algunas breves aventuras en el ambiente laboral femenino de su época, Emily decide regresar a su casa y se convierte en el ama de llaves de su padre. El 30 de julio se cumple su bicentenario y es un buen momento para recordar a esta gran autora.
Emily Brontë supo observar el mundo que la rodeaba, masculino y femenino, con magnífica objetividad y comprensión.
¿Cómo fue posible que una joven alejada de todos los círculos literarios, en una casa parroquial en el campo, y dedicada a las tareas del hogar, fuera capaz de escribir prosa y versos tan superiores? La misma Virginia Woolf se sorprende y asegura que fue un “milagro”, y que debido a la exclusión femenina del momento, las Brontë tuvieron que confinar sus talentos a “hacer pudines y coser calcetines”. Woolf dice que esto demuestra que su escritura habría sido aún mejor “si hubieran tenido 300 libras al año”, pues así no se habrían tenido que alejar del mundo y la experiencia práctica.
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Juan Ramón Dominguez Palacios
http://lacrestadelaola2028.blogspot.com
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