Ayer releí algunas de tus cartas. Las cosas escritas a mano son como las voces: dicen una cosa distinta de las palabras que transportan. Y a veces contradicen esas palabras. Las variaciones del alma quedan grabadas por la mano en el papel, como los temblores de tierra imperceptibles se hacen visibles en el papel milimetrado por el movimiento de las agujas. Tu letra se te parece, acogedora, tranquila, inmediatamente entregada: he sentido placer al ver tu alma.
Christian Bobin en “Autorretrato con radiador”
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