Miércoles 07 de Marzo de 2018
III de Cuaresma
III de Cuaresma
Morado
Martirologio Romano: Memoria de las santas mártires Perpetua y Felicidad, que bajo el emperador Septimio Severo fueron detenidas en Cartago junto con otros adolescentes catecúmenos. Perpetua, matrona de unos veinte años, era madre de un niño de pecho, y Felicidad, su sierva, estaba entonces embarazada, por lo cual, según las leyes no podía ser martirizada hasta que diese a luz, y al llegar el momento, en medio de los dolores del parto se alegraba de ser expuesta a las fieras, y de la cárcel las dos pasaron al anfiteatro con rostro alegre, como si fueran hacia el cielo (+203 dC). .
Martirologio Romano: Memoria de las santas mártires Perpetua y Felicidad, que bajo el emperador Septimio Severo fueron detenidas en Cartago junto con otros adolescentes catecúmenos. Perpetua, matrona de unos veinte años, era madre de un niño de pecho, y Felicidad, su sierva, estaba entonces embarazada, por lo cual, según las leyes no podía ser martirizada hasta que diese a luz, y al llegar el momento, en medio de los dolores del parto se alegraba de ser expuesta a las fieras, y de la cárcel las dos pasaron al anfiteatro con rostro alegre, como si fueran hacia el cielo (+203 dC). .
Antífona de entrada Sal 118, 133
Afirma mis pasos conforme a tu Palabra, para que no me domine la maldad.
Oración colecta
Te pedimos, Padre, que aleccionados por la observancia cuaresmal y alimentados con el pan de tu Palabra, por la penitencia nos entreguemos a ti de todo corazón y perseveremos unidos en la oración. Por nuestro Señor Jesucristo...
Oración sobre las ofrendas
Con la ofrenda de estos dones recibe, Señor, las súplicas de tu pueblo y defiende de todo peligro a quienes celebramos tus misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión cf. Sal 15, 11
Señor, me darás a conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia.
Oración después de la comunión
Dios nuestro, santifica a quienes alimentaste con este pan del cielo y haz que, libres de todo pecado, podamos alcanzar las promesas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo (Facultativa)
Dios nuestro, concede a tu pueblo buscar y amar lo que es de tu agrado, pues viviendo según tus enseñanzas confía recibir tu ayuda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lectura Deut 4, 1. 5-9
Lectura del libro del Deuteronomio.
Moisés habló al pueblo, diciendo: "Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las leyes que yo les enseño para que las pongan en práctica. Así ustedes vivirán y entrarán a tomar posesión de la tierra que les da el Señor, el Dios de sus padres. Tengan bien presente que ha sido el Señor, mi Dios, el que me ordenó enseñarles los preceptos y las leyes que ustedes deberán cumplir en la tierra de la que van a tomar posesión. Obsérvenlos y pónganlos en práctica, porque así serán sabios y prudentes a los ojos de los pueblos, que al oír todas estas leyes, dirán: '¡Realmente es un pueblo sabio y prudente esta gran nación!'. ¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos? ¿Y qué gran nación tiene preceptos y costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de ustedes? Pero presta atención y ten cuidado, para no olvidar las cosas que has visto con tus propios ojos, ni dejar que se aparten de tu corazón un solo instante. Enséñalas a tus hijos y a tus nietos".
Palabra de Dios.
Comentario
“Un pueblo sabio y prudente”. ¡Qué hermoso sería si pudiera hacerse esta alabanza a nuestra Iglesia, a nuestro país y a nuestra comunidad! El secreto de esta sabiduría está en la Palabra de Dios. Él nos enseña el camino para una vida feliz.
Salmo 147, 12-13. 15-16. 19-20
R. ¡Glorifica al Señor, Jerusalén!
Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión! Él reforzó los cerrojos de tus puertas y bendijo a tus hijos dentro de ti. R.
Envía su mensaje a la tierra, su palabra corre velozmente; reparte la nieve como lana y esparce la escarcha como ceniza. R.
Revela su palabra a Jacob, sus preceptos y mandatos a Israel: A ningún otro pueblo trató así ni le dio a conocer sus mandamientos. R.
Versículo cf. Jn 6, 63c. 68c
Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida; tú tienes palabras de vida eterna.
Evangelio Mt 5, 17-19
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: "No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni una 'í' ni una coma de la Ley sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos".
Palabra del Señor.
Comentario
Jesús nos exhorta no sólo a vivir su ley de amor, sino también a enseñarla. Nuestra Iglesia, nuestro país y nuestros grupos necesitan maestros que enseñen la Palabra de Dios con amor y convicción. Y que enseñen no meramente repitiendo la letra, sino transmitiendo el sentido profundo de la voluntad de Dios sobre la vida de todos.
Oración Introductoria
Jesús mío, yo quiero ser tu testigo y tu apóstol. No puedo ser indiferente ante la necesidad de transmitir tu palabra a todo el mundo, y saber que muchas almas se pierden por falta de conocimiento de ti.
Te pido Señor, que grabes en mi mente y en mi corazón la urgente necesidad de predicar y transmitir tu palabra, y de esa manera hacer que todo el mundo te conozca y se salve.
Meditación
Hoy día hay mucho respeto por las distintas religiones. Todas ellas expresan la búsqueda de la trascendencia por parte del hombre, la búsqueda del más allá, de las realidades eternas. En cambio, en el cristianismo, que hunde sus raíces en el judaísmo, este fenómeno es inverso: es Dios quien busca al hombre.
Jesús, pues, con su presencia lleva a cumplimiento el deseo de Dios de acercarse al hombre. Viene a enriquecerlos, a iluminarlos para que los hombres conozcan el verdadero rostro de Dios y puedan entrar en intimidad con Él.
En este sentido, menospreciar las indicaciones de Dios, por insignificantes que sean, comporta un conocimiento raquítico de Dios y, por eso, uno será tenido por pequeño en el Reino del Cielo. Y es que, como decía san Teófilo de Antioquía, «Dios es visto por los que pueden verle; sólo necesitan tener abiertos los ojos del espíritu (...), pero algunos hombres los tienen empañados».
La fe que obtenemos por medio del Evangelio es un enorme tesoro que nos da el conocimiento de Cristo, y por él nos viene la vida. Sin embargo, es deber nuestro transmitir la Palabra que hemos recibido, de acuerdo con su mandato: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio". No podemos quedarnos solamente en la vivencia de su Palabra cuando hay tanta gente en este mundo que no le conoce. Así pues, todo bautizado está llamado a ser testigo y apóstol de Jesús.
Dios nunca se deja ganar en generosidad, y promete, a todo el que quiera ser su mensajero, ser grande en el Reino de los Cielos. No dejemos en nuestra vida pasar la oportunidad de ganar un premio que no se acaba, y que a fin de cuentas es el que gozaremos por toda la eternidad.
Aspiremos, pues, en la oración a seguir con gran fidelidad todas las indicaciones del Señor. Así, llegaremos a una gran intimidad con Él y, por tanto, seremos tenidos por grandes en el Reino del Cielo.
Propósito
Meditaré un pasaje del evangelio y lo compartiré con mi familia.
Dialogo con Cristo
Jesús, a ejemplo tuyo quiero ser portador de tu palabra, y me propongo no solamente cumplir con tus mandamientos, sino también transmitirte a todos, y en todo momento, por medio de la predicación y el testimonio.
Publicar un comentario