Los que tenemos que viajar fuera de Europa varias veces al año sabemos lo tedioso que resulta tener que rellenar los impresos de inmigración. La letra es ultraminúscula, la luz de la lamparita del avión no siempre apunta a la mesilla. Rellenar esas casillas con el respaldo del pasajero de delante echado hacia atrás, con poca luz y con el avión dando bandazos es una operación muy poco agradable. Rellenar esos impresos conlleva más de diez tortuosos minutos siempre.
Por favor, quiero hacer una sugerencia a algún lector que tenga arte y parte en alguna agencia gubernamental de algún país. ¿Por qué no rellenar ese impreso online? Cada país puede colgar el formulario en una página web oficial, uno lo rellena en su casa con letra tan clara como lo puede llegar a ser la Times New Roman, lo imprime, lo firma y santas pascuas.
Sin ninguna duda, muchos de esos impresos rellenados a mano tan indescifrables como la letra cuneiforme con el agravante de que no hay espacio para escribir direcciones postales completas. Los funcionarios de inmigración serán los primeros en aplaudir esta sugerencia.
Cada país puede hacer su página web, lo difícil será encontrarla. ¡Anda que no me cuesta a mí encontrar el número de teléfono de los obispados cada vez que consulta la web de una diócesis! Lo ideal, en este mundo del siglo XXI sería que el Formulario Internacional Standard de Viajeros tuviese una página mundial. Esa página que podría estar administrada por la ONU, tendría un índice de países.
Al entrar en cada país, rellenaríamos las preguntas que nos hicieran e imprimiríamos la página. Pero mejor todavía sería que no tuviéramos que llevar ningún papel a la frontera. Bastaría con enseñar nuestro pasaporte para que el funcionario pudiera consultar online el impreso que hemos rellenado. Por supuesto que sólo el sistema informático de fronteras de un país podría acceder a ese formulario.
Hay cosas que ponerlas en marcha cuestan mucho dinero, pero ésta no. Y encima ahorra dinero a la agencia de aduanas: ahorra tiempo a los funcionarios, se ahorran los impresos, se puede almacenar la información de un modo más económico, online en vez de físico. Todo son ventajas.
Imaginemos que en vez de una monja sola, viajan diez monjas: hay que rellenar diez impresos a mano, multipliquemos por diez minutos cada una. Eso da un total de cien minutos. Imaginemos que viajan cien monjas, multipliquemos de nuevo por diez minutos cada una. Imaginemos que viajan mil monjas, la serie de monjas que viajan puede irse incrementando hasta el infinito. Lo interesante, imaginemos, es que viajaran -10 monjas.
Publicar un comentario