Hoy he vuelto a mirar algo que ya traté de averiguar hace unos años: ¿qué gente importante en la Historia ha nacido el día que yo nací, el 11 de octubre? La respuesta es nadie. Ni celebridades ni nadie. No conocía ni a un solo personaje.
Entonces miré si sucedió algo especial algún 11 de octubre. Pues tampoco. Sólo sucedieron cosas tan poco importantes como que a George Washington le concedieran póstumamente el grado de General de los Ejércitos. Como se ve, nada.
Estoy seguro de que en los astros no hay escrito nada. Porque nada hay escrito en millares de puntos distribuidos por azar. Como tampoco hay nada escrito en la distribución de motas de polvo flotando en un haz de luz, o en las ovejas repartidas en un prado. La astrología es una forma como cualquier otra de perder el tiempo en algo inútil.
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