Sólo entre abril y diciembre de 2015, 1013 menores ingleses fueron sometidos a terapias para el “trastorno de identidad de género”, tratamientos que van desde la consulta psicológica al bombardeo hormonal para bloquear el desarrollo del paciente en vista del cambio quirúrgico de sexo. Hace cinco años, en 2009-2010, los menores tratados de este modo fueron 97. Además del aumento exponencial de casos, lo que asombra también es la suma de dinero público (2,7 millones de libras esterlinas) destinada para este tipo de tratamientos en un sistema sanitario que está atravesando una grave crisis de sostenibilidad.
Un incremento sostenido
Los números han sido facilitados por el NHS [National Health Service, el sistema sanitario inglés] a petición del periódico The Sun. Como se explica en el artículo, las clínicas que en Inglaterra tratan a los niños que sufren de la conocida como disforia de género(trastorno que lleva a desear ser personas del sexo opuesto) son Tavistock and Portman en Londres, Leeds, Exeter y Brighton. Polly Carmichael, directora del Gender Identity Disorder Service, ha definido el aumento de las terapias prescritas el año pasado como «extraordinario». Sin embargo, es «difícil prever si el número seguirá aumentando».
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