A nueve días de la celebración de san José, custodio de la Sagrada Familia y Patrón de la Iglesia Universal.
Dios confió a san José su tesoro más grande. Tesoro que debía aceptar y cuidar a pesar de sus dudas y temores.
¿Acaso, no tenemos nosotros también los nuestros?
Pues a pesar de ellos, Dios nos ha confiado a los cristianos una misión que la Iglesia de nuestros días nos la recuerda con mucha frecuencia. Esta misión es la de llevar a Jesucristo a todas partes. Evangelizar. Anunciar la Buena Noticia de la salvación. Hacer conocer a Jesucristo... Porque el mundo, anhelante de salvación, necesita saber quién es el único Salvador enviado por Dios y que no tiene sustituto posible.
¡ NO HAY QUE TEMER !
María temió ante el anuncio de Gabriel y lo que Dios le confiaba, y aun así se fió de Dios, amando a Dios y a su pueblo.
José temió ante lo que le acontecía y se le confiaba. Pero dejó de temer cuando se le reveló el plan salvífico de Dios, por mediación y a través de María:
"José, hijo de David, NO TEMAS tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados."
Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. S Mt 1, 20-21,24
Solo el ante el Amor Misericordioso de Dios desaparecen nuestros temores.
No cabe temor en el amor; antes bien, el amor pleno expulsa el temor ... quien teme no ha alcanzado la plenitud del amor. 1ª Jn 4, 18
Hoy Dios cuenta con nosotros, confía y nos confía el ministerio de la Reconciliación.
SIN TEMORES NI VERGÜENZAS, HABLEMOS, VIVIENDO CON JESÚS.
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