Hermanos y hermanas he recibido con gran dolor la noticia de que hace dos días, en Damasco, golpes de mortero han matado a algunos niños que volvían del colegio y al conductor del autobús. Otros niños resultaron heridos. ¡Por favor que estas tragedias no sucedan nunca! ¡Recemos intensamente! En estos días estamos rezando y aunando esfuerzos para ayudar a nuestros hermanos y hermanas en Filipinas, afectados por el tifón.
¡Éstas son las verdaderas batallas por las que hay que luchar: ¡por la vida! ¡Nunca por la muerte!
¡Éstas son las verdaderas batallas por las que hay que luchar: ¡por la vida! ¡Nunca por la muerte!
Publicar un comentario