Bocadillos espirituales para vivir el Tiempo Ordinario: Viernes de la 31 a. Semana

“Dijo Jesús a sus discípulos:”Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la noticia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque estás despedido”. (Lc 16,1-8)



No es fácil ganarse dignamente las riquezas.

Pero tampoco es fácil encontrar quien las administre bien y honradamente.

Es fácil administrarlas “derrochándolas”.

Hoy diríamos es fácil aprovecharse del puesto.

Alguien dijo con humor: “A mí no me den dinero, pónganme donde lo hay”.

El resto corre por mi cuenta.


Hoy noto un fenómeno en los jóvenes.

Una gran cantidad elije como carrera. “Administración de empresas”.

La razón no la sé. No creo que sea para “aprovecharse del puesto”.

Otros dicen que es una carrera más fácil. Cosa que no lo sé.

Lo que tengo dudas es que haya tantas empresas que administrar.


Pero el cuento no va por aquí.

Dios nos encomienda todas sus riquezas.

Nos encomienda su Reino.

Nos encomienda la Iglesia.

Nos encomienda su gracia.

Nos encomienda su Evangelio.


Pero hay algo que me preocupa:

En nuestra formación ¿se nos enseña a “ser administradores de los dones y riquezas de Dios”?

O mejor todavía, ¿se nos crea conciencia de que:

Nada es nuestro y todo es de Dios?

Se nos crea conciencia de que somos los administradores de Dios?

Se nos crea conciencia de que no somos dueños de nada sino administradores de todo?

¿Tenemos realmente conciencia:

De que somos administradores de la gracia?

De que somos administradores de del amor de Dios?

De que somos administradores de del amor de Dios al hermano?

De que somos administradores de ayudar a que los demás sean mejores?

De que somos administradores de su Iglesia?

De que somos administradores de nuestras vidas?

De que somos administradores del mundo en que vivimos?

Desde el Papa, los Obispos, los sacerdotes, los religiosos hasta el último seglar somos administradores de la Iglesia y del Evangelio?


En la parábola hay un administrador “que despilfarraba” los bienes de su amo.

Pero en nuestras vidas necesitamos:

Lo primero sentirnos administradores.

Necesitamos tomar conciencia de los dones de Dios.

Necesitamos tomar conciencia de saber hasta donde tomamos en serio esa administración.

Aquel “despilfarraba” los bienes de su amo.

¿Cuántos bienes de gracia no despilfarramos cada uno de nosotros?

¿Cuántas posibilidades que Dios nos ofrece las despilfarramos?

¿No despilfarramos el Evangelio?

¿No despilfarramos la gracia que nos regala?

¿No despilfarramos nuestro Bautismo?

¿No despilfarramos nuestro Matrimonio?

¿No despilfarramos nuestro Sacerdocio?

¿No despilfarramos nuestra Confesión?

¿No despilfarramos nuestra Eucaristía?


Hablo en serio.

Con frecuencia tengo miedo de despilfarrar mi sacerdocio y mi vocación de consagrado.

Estoy preocupado de cuantos dones y riquezas de Dios se despilfarran cada día.

No tengo miedo a qué haré luego.

Pero sí me da miedo que tantos dones de gracia se despilfarren hoy mismo.


Clemente Sobrado C. P.




Archivado en: Ciclo C, Tiempo ordinario Tagged: administrador, astuto, derroche, parabola

Publicar un comentario

[facebook][blogger]

SacerdotesCatolicos

{facebook#https://www.facebook.com/pg/sacerdotes.catolicos.evangelizando} {twitter#https://twitter.com/ofsmexico} {google-plus#https://plus.google.com/+SacerdotesCatolicos} {pinterest#} {youtube#https://www.youtube.com/channel/UCfnrkUkpqrCpGFluxeM6-LA} {instagram#}

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets