Me han llorado los ojos del susto. Esta mañana, antes de acercarme a Braojos para uno de los actos litúrgicos de la fiesta en honor de la Virgen del Buen Suceso, he dado una vueltecita por algunos portales de información religiosa por la cosa esa de estar al día. La verdad es que la información religiosa es algo así como “La aurora” de Pedro Infante, que te pesca dormido en brazos de la ilusión y te despierta si estás dormida, morena sí, a la realidad de un plumazo.
Noticias a raudales, las que quieran y del tipo que quieran. Si uno se pusiera a comentar cada cosa no haría nada más qué digo en el día, en el día y en la noche. Pero hay detalles que me llaman la atención, por ejemplo, la intervención del rector de la Universidad de Comillas ayer en el acto solemne de inicio de curso y que recogen varios medios de información.
Comillas ha sido y quiere ser una benemérita institución al servicio de la Iglesia. Un pedigree de años formando la élite del sacerdocio español. Solo los mejores eran enviados a formarse privilegiadamente en Comillas. Posteriormente Comillas englobó otras gloriosas instituciones de la Compañía de Jesús como el Instituto Católico de Artes e Industrias (ICAI), ICADE y algunas cosas más.
Comillas es hoy institución prestigiosísima en Ingeniería y Empresariales. La parte de letras dicen que algo más floja y la teología no parece que esté en su mejor momento en alumnado. No obstante, nadie va a negar a Comillas trayectoria, esfuerzo intelectual, altura de miras. Por eso me han sorprendido dos cosas de las palabras del rector ayer mismo.
La primera, la manifestación pública y solemne de la “adhesión inquebrantable” al Papa Francisco. Qué quieren que les diga. A mí lo de la adhesión inquebrantable me suena a otros tiempos y otras formas. Seguro que a mis lectores también. Me extraña en Comillas, como me extraña en cualquier lugar donde se promueva el pensamiento crítico. Adhesión al papa siempre, sea Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI o Francisco. Es el papa y punto. Como el obispo es el obispo y punto. Adhesión inquebrantable, como se entendía en la dictadura, nunca. Y es una de las frases más repetidas del franquismo.
La otra frase que me ha sorprendido por torpe y porque me parece una bajeza. Es cuando el rector afirma que “algunos que se benefician de estructuras de poder antievangélico le hayan declarado la guerra al papa Francisco”.
Nunca he aceptado y aceptaré el viejo y cobarde recurso del “algunos”, que a nada compromete “yo no he dado nombres”, pero que lanza una pedrada con toda la mala uva. No padre Julio, diga directamente quienes son esos, no nos diga algunos, diga quienes con nombre y apellidos de personas o instituciones. Tampoco nos aclara a qué se refiere exactamente cuando habla de estructuras de poder antievangélico, porque depende a quien se le pregunte, puede ser una parroquia, Comillas o el propio Vaticano.
Me sorprende porque Comillas tiene una historia y ha dado muestras de una enorme altura tanto académica como eclesial. Que a estas alturas el rector nos diga que si la adhesión inquebrantable” y que si algunos… y que si las estructuras ¡ay las estructuras!… No me parece propio de la institución.
En fin. Todos tenemos un mal día.
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