El gran humanista italiano León Battista Alberti decía: “El mejor legado de un padre a sus hijos es el tiempo que les dedica cada día”. Efectivamente, hoy los padres andan, por lo general, muy ajetreados en múltiples tareas y se olvidad de dedicar tiempo a sus hijos.
Cada día conviene regalar tiempo a los hijos, tiempo para hablar, para escuchar, para prepararles convenientemente en el camino de la vida. Este tiempo nunca es tiempo perdido, todo lo contrario, es el mejor empleado y la mejor herencia de cara al futuro. Es el regalo más valioso.
Y es que tener hijos no convierte a uno en padre, del mismo modo que tener un piano no lo vuelve pianista. La paternidad biológica es importante, pero lo es más la paternidad espiritual.
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