La liturgia diaria meditada - Dichosos los que no han visto y han creído (Jn 20,24-29) 03/07



Martes 03 de Julio de 2018
Santo Tomás, apóstol
Fiesta. Rojo

Tomás es uno de los Doce discípulos más nombrados a la hora de mencionar ejemplos de fe. No sabemos mucho de su historia, salvo que seguía a Jesús y confesó su divinidad cuando lo vio resucitado. Como cualquier ser humano, tuvo sus dudas, y recibió de Jesús el signo necesario para creer en él. Una antigua tradición dice que evangelizó la India.

Antífona de entrada         cf. Sal 117, 28. 21
Tú eres mi Dios, y te doy gracias: tú eres mi Dios, y te glorifico; te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación.

Oración colecta    
Concédenos, Dios todopoderoso, alegrarnos en la fiesta del apóstol santo Tomás, para que siempre nos ayude con su protección y tengamos vida creyendo en aquel a quien reconoció como el Señor resucitado, Jesucristo tu Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, el testimonio de nuestro servicio, y el humilde pedido que conserves tus dones en nosotros, al ofrecerte este sacrificio de alabanza en el martirio del apóstol santo Tomás. Por Jesucristo nuestro Señor.

Antífona       cf. Jn 20, 27
Acerca tu mano, y reconoce el lugar de los clavos: en adelante no seas incrédulo, sino fiel.

Oración después de la comunión
Dios nuestro, en este sacramento hemos recibido verdaderamente el Cuerpo de tu Hijo unigénito; concédenos que lo reconozcamos por la fe como Dios y Señor nuestro, y también lo confesemos con las obras y con la vida, a ejemplo del apóstol Tomás. Por Jesucristo nuestro Señor.

Lectura         Ef 2, 19-22
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Hermanos: Ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo. En él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un templo santo en el Señor. En él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu.
Palabra de Dios.

Comentario
Somos ciudadanos en la Iglesia. Por eso, podríamos decir que en esta tenemos derechos y obligaciones, porque cada uno de nosotros es una piedra viva en este edificio. Así, desde la primera comunidad cristiana hasta hoy, la Iglesia se mantiene unida en el Espíritu Santo y viviente en cada uno de sus miembros.

Salmo 116, 1-2
R. ¡Vayan por el mundo y anuncien el Evangelio!

¡Alaben al Señor, todas las naciones, glorifíquenlo, todos los pueblos! R.

Porque es inquebrantable su amor por nosotros, y su fidelidad permanece para siempre. R.

Aleluya         Jn 20, 29
Aleluya. Dice el Señor: “Ahora crees, Tomás, porque me has visto. ¡Bienaventurados los que creen sin haber visto!”. Aleluya.

Evangelio     Jn 20, 24-29
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré». 

Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros». Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente». Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío». Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído».
Palabra del Señor.

Comentario
“Aparece entonces la confirmación y renovado llamado del discípulo que dudaba. En esto aparece el signo de la piedad divina, porque enseguida viene a sus elegidos en la caída, a pesar de que caigan. En efecto, los elegidos caen a veces, pero el Señor les pone su mano para que resurjan. ... Tomás vio al hombre y las cicatrices, y a partir de esto, creyó en la divinidad del resucitado” (Santo Tomás de Aquino, comentario del Evangelio según San Juan, 2565).

Oración introductoria
Señor Jesús, cuánto me parezco a Tomás. Quiero respuestas inmediatas a mis peticiones. Quiero experimentar tu presencia en la oración, sin ponerme humildemente en tu presencia, sin guardar el silencio, interior y exterior, sin estar atento ni ser dócil a tus inspiraciones. Mi pobre actitud quiere cambiar, con tu gracia, lo puedo lograr. 

Petición
¡Señor mío y Dios mío! Aumenta mi fe.

Meditación 

Hoy, la Iglesia celebra la fiesta de santo Tomás. El evangelista Juan, después de describir la aparición de Jesús, el mismo domingo de resurrección, nos dice que el apóstol Tomás no estaba allí, y cuando los Apóstoles —que habían visto al Señor— daban testimonio de ello, Tomás respondió: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré» (Jn 20,25).

Jesús es bueno y va al encuentro de Tomás. Pasados ocho días, Jesús se aparece otra vez y dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente» (Jn 20,27).

La reacción de Tomás fueron estas palabras: «Señor mío y Dios mío!» (Jn 20,28). Le dice “Señor” y “Dios”. Hace un acto de fe en la divinidad de Jesús. Al verle resucitado, ya no ve solamente al hombre Jesús, que estaba con los Apóstoles y comía con ellos, sino su Señor y su Dios.

Jesús le riñe y le dice que no sea incrédulo, sino creyente, y añade: «Dichosos los que no han visto y han creído» (Jn 20,28). Nosotros no hemos visto a Cristo crucificado, ni a Cristo resucitado, ni se nos ha aparecido, pero somos felices porque creemos en este Jesucristo que ha muerto y ha resucitado por nosotros.

"Dichosos aquellos que crean sin haber visto". Parece mentira que uno de los elegidos del Señor, no crea la palabra de los apóstoles, sino que al contrario busque creer solamente por los signos sensibles. Tomás parece una persona de nuestro tiempo porque solamente cree aquello que le presenten los sentidos.

Los sentidos son muy buenos, porque nos ayudan a aprender más cosas, a saborear, oler, contemplar, sentir..., pero en el campo de la vida espiritual, estos nos estorban, como le sucedió a Santo Tomás, que no quería creer hasta no ver ni tocar.

Aquí es donde viene la bendición de Dios para aquellos que sin ver crean. La bendidión de la fe es también para nosotros, los que estamos a dos mil años de distancia de los apóstoles. Para nosotros vendrán las bendiciones de Dios, si creemos en todo lo que Él nos ha prometido. Pidamosle que aumente nuestra fe, para que seamos dignos de recibir tales bendiciones.

Propósito
Ser testigo de la esperanza cristiana en mi familia, en mi grupo de amigos, trabajo o lugar de estudio. 

Diálogo con Cristo


Señor, como a Tomás me pides una fe viva. Una actitud activa, un corazón abierto, una vida mantenida siempre en pie de lucha, perseverante y fiel, aun en medio de las dificultades. Aquí estoy Señor, cuenta conmigo para colaborar en la nueva evangelización.

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11:43

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