Lleva un sugerente subtítulo: "Entrar desde la afectividad". Y lo logra. Consigue meternos en la Misa desde el afecto, ayudándonos a conocer, aprendido a querer.
"En estas páginas, dice el autor, no pretendo repasar qué es la Misa; simplemente querría despertar la conciencia de los cristianos y proponer un camino para descubrirla: si llegamos a ser mínimamente conscientes de lo que tenemos entre manos en cada Misa, del amor vivo que late en ella, seremos revitalizados. Entonces sí podremos decir que la revolución está en marcha... ¡porque en cada Misa se desata una fuerza divina transformadora!". (pág. 6-7)
Al menos en mi caso se ha cumplido el objetivo. Leyendo este librito de sólo 70 páginas he descubierto que esa vía del corazón, que propone el autor, ayuda a comprender, porque enseña a querer a quien se oculta en unos ritos, que se pueden desvelar si se viven con afecto. Merece la pena leerse para aprender a quere a Jesucristo en la Misa.
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