Interesante reflexión de
Rafael Monterde:Han pasado treinta y cinco años desde que se estrenó la primera parte de la secuela de Blade Runner en 1982. Desde entonces, se han formulado multitud de preguntas a partir de esta historia que aún inquietan nuestra inteligencia. Pues, a pesar de que la realidad distópica de este film se sitúe en el año 2019 y no coincida exactamente con un presente tan próximo al nuestro, los problemas vitales de los replicantes[1] nos afectan como seres humanos. ¿Por qué? Puede que se deba al lema de la Tyrell Corporation[2]: más humanos que los humanos.
Continuando la historia del primer film, el pasado seis de octubre se estrenó en España Blade Runner 2049. Como en la primera parte, la pregunta por la humanidad de los replicantes sigue presente. Puede que, incluso, sea aún más urgente, porque la conducta y, sobre todo, la empatía que muestran los replicantes nos llevan a pensar que son más humanos que los humanos. Por ello, aquí se va a hacer una pregunta que va a guiar el análisis, nunca suficiente, de las dos partes de la historia de Blade Runner: ¿son los replicantes la apoteosis de lo humano?
Quizá una de las cosas más dramáticas que nos podemos encontrar es que poner en duda la humanidad de otros no sea una actitud muy humana. Puede que los humanos no sean consecuentes con su humanidad al cuestionar la de los replicantes. Pero para poder llegar a preguntarnos algo así, debemos analizar a los replicantes para ver si es verdad que son más humanos que los humanos. Es decir, si esa creación realizada por humanos supera a los creadores. De ser así, ¿qué derecho tendrían los seres humanos para retirar[3] a los replicantes si, de hecho, son más humanos que ellos?
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