El estilo de Dios no es el estilo del hombre, porque Dios vence con la
humildad, como lo demuestra el fin del más grande de los profetas, Juan
Bautista, que preparó el camino a Cristo para después hacerse a un lado.
Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la misa de este 5 de
febrero en Casa Santa Martha.
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