Consolar al triste
Una de las obras de misericordia espirituales es la de consolar al triste. Para el cristiano es algo que nace del mismo núcleo de su fe. Como nos lo recuerda el testimonio de San Pablo: “Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios.” (1 Cor 1, 3-4) (Siga leyendo en el blog haciendo click en el título... )
Publicar un comentario