“Se acercaron unos fariseos a decirle: “Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte”. El contestó: “Id a decirle a ese zorro: “Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego mi término”. Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”. (Lc 13, 31-35)
Lo que le faltaba a Jesús.
Primero vive un enfrentamiento con el poder religioso, que siempre ha sido más fuerte y del cuál fue víctima hasta la muerte.
Pero es curioso el poder religioso siempre había vivido en compadrazgo con el poder político.
Intereses del negocio.
Enemigos, pero de acuerdo para no crearse problemas.
Y ahora Jesús aparece como enfrentado con el poder político: “Herodes quiere matarte”.
Es inútil, el Evangelio crea confrontaciones religiosas y confrontaciones políticas.
Como dice el refrán, todos contra uno y uno contra todos.
Jesús contra el poder religioso.
Jesús contra el poder político.
El poder religioso contra Jesús.
El poder político contra Jesús.
Jesús contra nadie, pero su vida pone en cuestionamiento tanto el uno como al otro.
Es posible que hayamos destacado poco este aspecto de la vida de Jesús.
Lo hemos visto muy confrontado con el poder religioso.
Pero le hemos visto menos confrontado con el poder político.
Y no es que Jesús sea un tipo insociable que se pelea con todo el mundo.
Es la realidad religiosa y política la que no aceptan las enseñanzas y el comportamiento de Jesús.
“Los fariseos buscaban cómo acabar con él”.
“Herodes te busca para matarte”.
Y el caso es que son los mismos fariseos quienes le ponen de sobre aviso.
La verdad que resulta curioso.
Como si el poder religioso quisiera ahora protegerle.
Como si el poder religioso quisiera presentarse como el bueno de la película.
Jesús se manifiesta siempre libre frente a los unos y a los otros.
“Id a decirle a ese zorro: Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término”.
“Y buscaban cómo ponerlo a prueba para apresarlo”.
Y ahora se hacen los buenos avisándole del peligro político.
¿No les parece que Jesús vive entre entre ambas aguas?
Pero Jesús vive y actúa al margen del doble peligro:
Al margen del peligro religioso.
Al margen del peligro político.
Es el mismo problema de la Iglesia:
Tienen enemigos dentro de ella misma.
Enemigos religiosos.
Tiene enemigos que no aceptan que la Iglesia cree problemas a los políticos.
El sigue adelante.
Por encima de los intereses políticos y religiosos él sigue su camino.
No se pliega a los intereses religiosos de la religión de la Ley.
Ni se pliega a los intereses políticos de la sociedad.
Se siente libre frente a unos y frente a los otros.
No busca la aceptación de los uno ni de los otros.
“Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios”.
Esa es la misión de la Iglesia.
Y esa es la misión del cristiano.
Sus intereses son los del reino.
Por más que signifiquen crearse problemas por parte de unos y de otros.
Prefiero una Iglesia perseguida que una Iglesia aplaudida.
Prefiero una Iglesia que crea problemas.
A una Iglesia que no inquieta a nadie.
Porque es señal de su autenticidad.
Es señal de su verdad.
Clemente Sobrado C. P.
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