La liturgia diaria meditada - No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada (Lc 1,5-25) 19/12



Martes 19 de Diciembre de 2017
De la feria
Misa propia del día 19. 
Morado

Martirologio Romano: En Roma y en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Urbano I, papa, que gobernó fielmente la Iglesia Romana durante ocho años, tras el martirio de san Calixto. (+ 230 dC). Ateriormente se lo recordaba el: 25 de mayo


Antífona de entrada          cf. Heb 10, 37
El que ha de venir, vendrá sin tardar y ya no habrá temor en nuestra tierra, porque él es nuestro Salvador.

Oración colecta     
Dios y Padre nuestro, que a través de la maternidad de la Virgen María quisiste revelar al mundo el esplendor de tu gloria, concédenos poder celebrar con fe íntegra y generosa entrega el admirable misterio de la Encarnación de tu Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas        
Dios nuestro, mira con bondad las ofrendas que presentamos ante un altar y consagra con tu poder los dones de nuestra pobreza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        cf. Lc 1, 78-79
Nos visitará el Sol naciente para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Oración después de la comunión
Dios todopoderoso, al darte gracias por los dones recibidos, te pedimos que despiertes en nosotros el deseo de la salvación prometida, para poder celebrar el nacimiento del Salvador con un corazón renovado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lectura        Jc 13, 2-7. 24-25a
Lectura del libro de los Jueces.
Había un hombre de Sorá, del clan de Dan, que se llamaba Manóaj. Su mujer era estéril y no tenía hijos. El Ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: “Tú eres estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y a dar a luz un hijo. Ahora, deja de beber vino o cualquier bebida fermentada, y no comas nada impuro. Porque concebirás y darás a luz un hijo. La navaja nunca pasará por su cabeza, porque el niño estará con­sagrado a Dios desde el seno materno. Él comenzará a salvar a Israel del poder de los filisteos”. La mujer fue a decir a su marido: “Un hombre de Dios ha venido a verme. Su aspecto era tan imponente, que parecía un ángel de Dios. Yo no le pregunté de dónde era, ni él me dio a conocer su nombre. Pero me dijo: ‘Concebirás y darás a luz un hijo. En adelante, no bebas vino ni bebida fermentada, ni comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta el día de su muerte’”. La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a actuar sobre él.
Palabra de Dios.

Comentario
En el Antiguo Israel, existió un modo particular de consagración a Dios, por el cual algunos varones decidían llevar determinados preceptos de vida, como no beber vino y no cortarse el cabello. En el caso de Sansón, este modo especial de consagración queda unido a la misión que se le anuncia: “salvar a Israel del poder de los enemigos”. Sansón llegó a ser un gran juez que procuró la paz para su pueblo.
Salmo 70, 3-4a. 5-6b. 16-17
R. ¡Mi boca proclama tu alabanza, Señor!

Sé para mí una roca protectora, 
Señor, tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, 
porque tú eres mi Roca y mi fortaleza. 
Líbrame, Dios mío, de las manos del impío. R.

Porque tú, Señor, eres mi esperanza 
y mi seguridad desde mi juventud. 
En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; 
desde el seno materno fuiste mi protector. R.

Vendré a celebrar las proezas del Señor, 
evocaré tu justicia, que es sólo tuya. 
Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud, 
y hasta hoy he narrado tus maravillas. R.

Aleluya       
Aleluya. Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ven a librarnos, no tardes más. Aleluya.

Evangelio     Lc 1, 5-25
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 5-25
Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote, llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una mujer descendiente de Aarón, que se llamaba Isabel; los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos de avanzada edad. 

Sucedió que, mientras oficiaba delante de Dios, en el turno de su grupo, le tocó en suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la multitud del pueblo estaba fuera en oración, a la hora del incienso. Se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verle Zacarías, se turbó, y el temor se apoderó de él. El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan; será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento, porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre, y a muchos de los hijos de Israel, les convertirá al Señor su Dios, e irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto». 

Zacarías dijo al ángel: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad». El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo». 

El pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaban de su demora en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario; les hablaba por señas, y permaneció mudo. Y sucedió que cuando se cumplieron los días de su servicio, se fue a su casa. Días después, concibió su mujer Isabel; y se mantuvo oculta durante cinco meses diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio entre los hombres».
Palabra del Señor.

Comentario

En el anuncio del nacimiento de Juan aparecen signos de su consagración: no beberá vino y estará lleno del Espíritu. Pero su misión no estará ligada al gobierno ni a las luchas, como en el caso de Sansón, sino a la profecía. Por esa razón, este anuncio evoca el poder del profeta Elías: preceder, reconciliar, atraer y preparar. La alegría de la presencia del niño-profeta se expresa por labios de su madre Isabel, que reconoce gozosa el plan de Dios.


Oración introductoria
Jesús, creo y confío en ti, pero aumenta mi fe y mi esperanza. Dame la gracia de sacudirme todo prejuicio y desconfianza que puedan surgir en mí al conocer tu voluntad en mi vida. Concédeme, te lo pido, vivir con plenitud este periodo de esperanza que es el Adviento. Dame la gracia de fortalecer mi amor a ti durante estos días que quedan para la Navidad.

Petición
Jesús, robustece mi fe y mi esperanza. Dame un corazón grande para aceptar tu voluntad en mi vida. 

Meditación 

Hoy, el ángel Gabriel anuncia al sacerdote Zacarías el nacimiento “sobrenatural” de Juan el Bautista, que preparará la misión del Mesías. Dios, en su amorosa providencia, prepara el nacimiento de Jesús con el nacimiento de Juan, el Bautista. Aunque Isabel sea estéril, no importa. Dios quiere hacer el milagro por amor a nosotros, sus criaturas.

Zacarías había llevado a la oración una intención muy profunda, que tenía clavada en el corazón. Se la pedía a Dios con insistencia, por si Él quisiese concedérsela. Pero cuando le confirma el ángel que su petición ha sido escuchada y que Isabel le dará a luz un hijo, Zacarías desconfía, y desconfía, porque tiene "razones humanas" para hacerlo.

Nosotros, hombres y mujeres, quizá también tengamos nuestras "razones" para desconfiar del que es Todopoderoso, por parecernos incomprensible o inconcebible lo que nos propone. Pero esto es una locura. Mejor es abandonarnos en sus manos que trabajar sin descanso con las nuestras. 

Cuando ya faltan pocos días para la Navidad, conviene que el Ángel del Señor nos encuentre preparados, como María. Es necesario tratar de mantener la presencia de Dios a lo largo del día, intensificar nuestro amor a Jesucristo en nuestro tiempos de oración, recibir con mucha devoción la Sagrada Comunión: ¡porque Jesús nace y viene a nosotros! Y que no nos falte la visión sobrenatural en todos los quehaceres de nuestra vida. Hemos de poner visión sobrenatural en nuestro trabajo profesional, en nuestros estudios, en nuestros apostolados, incluso en los contratiempos de la jornada. ¡Nada escapa a la providencia divina! Con la certeza y la alegría de saber que nosotros colaboramos con los ángeles y con el Señor en los planes amorosos y salvadores de Dios.

Propósito
Repasaré los problemas e inquietudes que tengo, y los iré poniendo uno a uno en manos de Dios. Sin desconfiar, sabiendo que Dios escucha y me ama.

Diálogo con Cristo
Señor, dame la gracia de abandonarme completamente en tu voluntad. Fortalece mi esperanza en ti, porque soy débil y tiendo a desconfiar. Dame la gracia de recorrer estos días que quedan para la Navidad junto a ti. Concédeme ver tu acción providente en mi día a día, porque sólo quien confía plenamente en ti, ve tu mano en todos los acontecimientos de su vida. Jesús, creo y confío en ti, pero aumenta mi fe y mi esperanza.

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09:22

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