“Entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: “Escrito está: “Mi casa es casa de oración” pero vosotros la habéis convertido en “cueva de bandidos”. Todos los días enseñaba en el templo”. (Lc 19,45-48)
Hacemos hoy memoria de la Presentación de la Santísima Virgen.
Un templo dentro de otro templo.
María en el templo de Dios.
Dios en el templo de María.
No es el sacerdote que entra a oficiar en el templo.
Es María que entra a llenar el templo de Dios.
Es María que se convierte en el templo vivo de Dios.
La presentación de María que:
Se presenta ante Dios.
Se entrega a Dios.
Se hace toda de Dios.
Y Dios se entrega a María.
Y Dios se hace todo de María.
Nacida Inmaculada:
Es toda de Dios.
Es toda para Dios.
Es toda en Dios.
Es “la llena de gracia”.
Es “la que ha encontrado gracia ante Dios”.
Es la Obra de Dios, “hizo en mí maravillas”.
Es la Obra de Dios, “hizo en mí cosas grandes el todopoderoso”.
Somos cada uno de nosotros:
Renacidos por el Bautismo.
Purificados por el Bautismo.
Limpiados por el agua del Bautismo.
Que los cielos se abren.
Que una voz nos declara “este es mi hijo el amado, el predilecto”.
Nos presentaron a la Iglesia.
Nos presentaron a Dios.
Nos hicieron miembros de la Iglesia.
Nos hicieron hijos de Dios.
Obra de nuestros padres.
Obra de Dios.
Una vida vivida en comunión familiar.
Una vida vivida en comunión de maternidad y paternidad.
Una vida vivida en comunión con el Padre.
Una vida vivida en comunión con el Hijo.
Una vida vivida en comunión con el Espíritu Santo.
Vivimos del Padre.
Vivimos para el Padre.
Vivimos en la experiencia del Padre.
No somos María.
¡Pero nos parecemos!.
No somos María.
Pero estamos llamados a vivir del mismo horizonte divino.
No es lo que se ve de nosotros.
Es lo invisible que vive en nosotros.
Un solo horizonte: Dios.
Una sola meta: Dios.
Un solo sentido de la vida: Dios.
“Proclama mi alma la grandeza del Señor”.
“Mi alma tiene sed de Ti”
“Cuándo llegaré a ver tu rostro?
“Lleva a cabo la obra que tú mismo has comenzado”.
Clemente Sobrado C. P.
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