La familia Tornel-Trelles sabe mucho de bautizos. Alicia y Nacho se casaron hace algo menos de 15 años y, desde entonces, han bautizado a ocho. El primero, Nachete, en Nueva York; los demás, en la misma cripta de la misma iglesia, con el mismo oficiante, que esta vez ha tenido que abrirse un hueco a codazos en su agenda.
Luego, hemos pasado por su casa, donde los niños se agolpan en muy poco espacio y arman gresca o se ayudan los unos a los otros con la mayor naturalidad.
Ahora que no me lee nadie, haré una declaración solemne: los Tornel-Trelles son la familia más optimista y generosa que he conocido. (Bueno, a lo mejor exagero). Reciben a cada hijo como una lotería. Se saben en las manos de Dios, y el Señor les premia con una alegría desbordante que contagia a todos los que les rodean; también a mí.
Por cierto, Alicia y Nacho trabajan en colegios de Fomento. Por eso, al cumplir 50 años, esta institución ha elaborado un vídeo en el que mi pareja favorita es protagonista. Vedlo aquí
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