Reconozco que Trump ha hecho muchas cosas favorables para la religión. Justo es agradecérselo. También le agradezco que, de momento, no haya invadido ningún país. También eso hay que agradecérselo. También agradezco al mando militar de ese país que, de forma unánime, hayan decidido darle un código nuclear deliberadamente equivocado.
Pero lo de Trump y su proyecto de volver a enviar un hombre a la luna es una de las acciones más inmorales que he escuchado nunca en un presidente de una democracia. Sólo el resucitar un programa como el Apolo ya se había calculado en unos100.000 millones de dólares. Gastar ese dinero en una empresa con nulo interés científico, cuando en ese país hay gente que muere sin ningún tipo de asistencia médica por no tener seguro, cuando hay más de medio millón de homeless, etc.
No me hubiera opuesto a ese proyecto en la época Kennedy. Pero, una vez que se logró, no tenía ningún sentido repetir aquello. Así lo entendieron todos, tanto los presidentes como la misma NASA.
Ahora, cuando la concentración de riqueza en Estados Unidos es más desigual que nunca, cuando el capitalismo más brutal se extiende en el modo de organizar y contratar los puestos de trabajo, nuestro querido Trump ha sacado este proyecto de la chistera. En realidad, lo cual es todavía más peregrino, dice que quiere poner allí una base permanente. Lo cual elevaría los costes de un modo impresionante.
¿Y todo este impresionante gasto para qué? ¿Con qué propósito, con qué beneficio? Es algo profundamente inmoral.
Lamento hablar tan claro, pero solo un millonario totalmente ajeno al sufrimiento de sus hermanos humanos puede decidir esa orgia presupuestaria con destino a la nada. Si tuviera que elegir entre ese proyecto o el construir una estatua de mármol de Mickey Mouse de 400 metros de altura, votaría a favor de la estatua. Al menos, los gastos de mantenimiento de ese sinsentido marmóreo serían mínimos en comparación a lo otro.
Menos mal que todo esto se va a quedar en meras palabras, como lo del muro. Pero lo de la estatua de Mickey Mouse sí que habría que considerarlo, en Nuevo México. Estoy pensando en un mármol tono crema-marfil.
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