La liturgia diaria meditada - ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? (Lc 24, 1-8) 02/11



Jueves 02 de Noviembre de 2017
Conmemoración de todos los fieles difuntos
(MO). Morado o negro

La tradición de rezar por los fieles difuntos se fue desarrollando poco a poco en los monasterios. Y a partir del siglo VII, comenzó a extenderse a toda la cristiandad. Cuando rezamos por nuestros seres queridos difuntos, lo hacemos siempre con fe en la Pascua de Resurrección. La muerte no tiene la última palabra, porque ha sido vencida por Jesucristo.

Antífona      cf. 1Tes 4, 4-14; 1Cor 15, 22
Así como Jesús murió y resucitó, de la misa manera, Dios llevará con Jesús a los que murieron con él. Y así como todos mueren en Adán, todos revivirán en Cristo.

Oración colecta     
Dios nuestro, escucha con bondad nuestros ruegos, para que, al crecer nuestra fe en tu Hijo resucitado de entre los muertos, se afiance también nuestra esperanza en la resurrección de tus hijos difuntos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas        
Acepta con bondad estos dones, Señor, para que tus hijos difuntos sean recibidos en la gloria de tu Hijo, a quien nos unimos por este sacramento de su amor. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

Antífona de comunión        cf. Jn 11, 25-26
Dice el Señor: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera vivirá. Y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás”.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Padre, que recibas en la morada de la luz y de la paz a tus hijos difuntos, por quienes hemos celebrado el misterio pascual. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Misa de difuntos
(Segunda opción)

Antífona de entrada         Cf. 4 Esd 2, 34.35
Señor, dales el descanso eterno y brille para ellos la luz que no tiene fin.

Oración colecta    

Dios nuestro, gloria de los fieles y vida de los justos, que nos has redimido por la muerte y resurrección de tu Hijo, ten piedad de tus hijos difuntos y conduce a la alegría de la felicidad eterna a quienes creyeron en el misterio de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas       
Dios rico en misericordia, te pedimos que en virtud de este sacrificio limpies con la sangre de Cristo los pecados de tus hijos difuntos, y ya que los lavaste con el agua del bautismo, no dejes de purificarlos con la misericordia de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión      Cf. 4 Esd 2, 35.34
Brille, Señor, sobre ellos la luz eterna, en compañía de tus santos, porque tú eres piadoso.

Oración después de la comunión

Padre, alimentados con el sacramento de tu Hijo unigénito, que se inmoló por nosotros y resucitó gloriosamente, te suplicamos que tus hijos difuntos, purificado con estos misterios pascuales, se alegren por la gracia de la futura resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.



1ª Lectura    Apoc 21, 1-5a. 6b-7
Lectura del libro del Apocalipsis.
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más. Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono: “Esta es la morada de Dios entre los hombres: Él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será con ellos su propio Dios. Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó”. Y el que estaba sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas las cosas. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, yo le daré de beber gratuitamente de la fuente del agua de la Vida. El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo”.
Palabra de Dios.

Comentario
Dios hizo una alianza eterna, la cual está expresada en la fórmula “yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo”. Dios no contradice sus palabras. Él realizará esa promesa, y podremos estar con él para celebrarla en la Jerusalén celestial.

Salmo  26, 1. 4. 7. 8b-9a. 13 -14
R. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? R.

Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo. R.

¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz, apiádate de mí y respóndeme! Yo busco tu rostro, Señor, no lo apartes de mí. R.

Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor. R.

2ª Lectura    1Cor 15, 20-23
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección. En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquellos que estén unidos a él en el momento de su venida.
Palabra de Dios.

Aleluya        Lc 24, 5
Aleluya. ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? Aleluya.

Evangelio     Lc 24, 1-8
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: ‘Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día’”. Y las mujeres recordaron sus palabras.
Palabra del Señor.

Comentario
Como les ocurrió a las discípulas, muchas veces ante la muerte, no sabemos qué pensar. La muerte nos descoloca. En esos momentos, hagamos resonar en nuestro corazón las palabras de Jesús. El pasó por la muerte y ahora está vivo. Él vino para darnos vida en abundancia.

Oración introductoria
Señor, Tú eres un Dios de vivos no de muertos, por eso te pido que me muestres en esta oración cómo puedo aprovechar cada minuto de mi vida para crecer espiritual y apostólicamente, camino seguro para alcanzar la santidad.

Petición
Dios mío, hazme poner toda mi esperanza y esfuerzo en alcanzar el cielo.

Meditación 

Encuentran la tumba vacía, el cuerpo de Jesús no está allí, algo nuevo ha sucedido, pero todo esto todavía no queda nada claro: suscita interrogantes, causa perplejidad, pero sin ofrecer una respuesta. Y he aquí dos hombres con vestidos resplandecientes, que dicen: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado". Lo que era un simple gesto, algo hecho ciertamente por amor - el ir al sepulcro -, ahora se transforma en acontecimiento, en un evento que cambia verdaderamente la vida. Ya nada es como antes, no sólo en la vida de aquellas mujeres, sino también en nuestra vida y en nuestra historia de la humanidad. Jesús no está muerto, ha resucitado, es el Viviente. No es simplemente que haya vuelto a vivir, sino que es la vida misma, porque es el Hijo de Dios, que es el que vive. Jesús ya no es del pasado, sino que vive en el presente y está proyectado hacia el futuro, Jesús es el "hoy" eterno de Dios. 

El dos de Noviembre es la fiesta y el recuerdo de los que nos precedieron en el paso a la otra vida. El Día de los Difuntos es el día designado en la Iglesia Católica para la conmemoración de los difuntos fieles. La celebración se basa en la doctrina de que las almas de los fieles que al tiempo de morir no han sido limpiadas de pecados veniales, o que no han hecho expiación por transgresiones del pasado, no pueden alcanzar la Visión Beatífica, y que se les puede ayudar a alcanzarla por rezos y por el sacrificio de la Santa Misa. 

La fiesta cristiana de los difuntos se celebraba en otros tiempos en un ambiente de luto y gran dolor, de rezos y plegarias continuadas por el eterno descanso de las almas que todavía estaban padeciendo en el purgatorio. Era un día en el que uno se levantaba y se acostaba pensando en el cementerio. Hasta tres misas seguidas decíamos en este día casi todos los sacerdotes. Hoy día la fiesta de los difuntos va perdiendo ese carácter lúgubre y penitencial de otros tiempos y se ha ido acercando progresivamente, en su significado, a la fiesta de todos los santos. Ahora, nuestros cementerios se llenan de flores en el día de todos los santos, más que en el día de todos los difuntos. En el fondo de todo esto está, creo yo, un cambio en nuestra sensibilidad cristiana de hoy ante el problema de la muerte. De la fe en un Dios principalmente justiciero hemos pasado a la fe en un Dios principalmente compasivo y misericordioso. Creemos que es la misericordia de Dios la que ha salvado a nuestros seres queridos, más que nuestras obras. Por pura gracia estamos salvados, como nos dice san Pablo. Por eso, tendemos a pensar en nuestras celebraciones de hoy que nuestros fieles y queridos difuntos ya están gozando de la presencia de Dios, y ya son por consiguiente santos. Por eso, como digo, las dos fiestas se han casi identificado y celebramos más solemnemente la fiesta de los santos que la de los difuntos.

Un cementerio cristiano nunca es triste, es un bosque de cruces sobre las lápidas que infunden perpetua y profunda paz a ese lugar; imágenes cristianas sobre las tumbas además de la cruz, parecen guardianes seguros de cada difunto; todo el cariño a los seres queridos muertos se resume en los epitafios y en las flores.

El cementerio el dos de Noviembre es un bellísimo jardín que reúne a las familias, recoge todas las flores de los jardines y eleva al cielo las más bellas oraciones.

Propósito
Buscar la felicidad en esta tierra y tener los ojos puestos en la eternidad.

Diálogo con Cristo 
Señor, no permitas que deje pasar mi tiempo de modo infructuoso. Si hoy terminase mi vida, ¿qué podría ofrecerte? Graba en mi alma la conciencia de que a medida que la vida avanza y la eternidad se acerca, sólo tu amor queda y todo lo demás se va a convertir en nada

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09:12

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