Con pena despediremos mañana a Jesús Ruiz Bastida, gran deportista de pelota a mano, ganador de trofeos y buen amigo de todo el pueblo. Yo lo recuerdo con afecto por el tiempo que compartí con él, cuando, por su trabajo de albañil, arreglo la casa parroquial en la que vivo. Mi afecto para su querida familia y mi oración confiada por su eterno descanso ¡Descanse en paz!
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