Sobre cómo comunicar en los medios el mayor desafío de la Historia de la humanidad: el Cristianismo
El padre Jorge Oesterheld, director deVida Nueva Cono Sur, reflexiona en su nuevo libro No basta con un click, sobre los desafíos de la Iglesia en materia de medios de comunicación. Este sacerdote argentino, fue durante más de diez años el portavoz de la Conferencia Episcopal Argentina y, por tanto, trabajó muy de cerca con Bergoglio. “Francisco se arriesga, dice lo que piensa y escucha, vuelve sobre sus pasos cuando se da cuenta que no es comprendido y aclara lo que quiso decir. No elude los temas complejos y los trata con palabras comunes”, observa el padre Jorge en su libro.
Publicamos a continuación la entrevista que realizó ZENIT después de la presentación en Roma de su libro, en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.
¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?
El libro es fruto de mi experiencia como portavoz de la Conferencia Episcopal de Argentina durante dieciséis años, diez de los cuáles estuve al lado del cardenal Bergoglio. El libro es sobre comunicación e Iglesia y sobre cómo comunicar la Iglesia.
El objetivo era reflexionar y poner por escrito el fruto de muchos años de trabajo de la relación con la prensa, con los medios de comunicación y con la problemática de la Iglesia en materia de comunicación.
El papa Francisco es un gran comunicador, pero en su época de cardenal no era especialmente cercano a la prensa. Usted que le conoció, ¿qué cree que ha cambiado?
También es algo que me ha llamado la atención. Yo creo que él lo considera su deber así como la necesidad que tiene de establecer una comunicación directa con la gente a través de la prensa.
En realidad el Papa no le habla a los periodistas, le habla a la gente. Valora la función del periodista como mediador, como aquel que le permite llegar a millones de personas. A él lo que le interesa es esa difusión de su palabra, y por eso lo hace en ese lenguaje simple que él utiliza y a veces es malinterpretado. Él prefiere arriesgarse a ser malinterpretado por quienes están atentos a cualquier detalle de la doctrina, que arriesgarse a que no le entiendan. Él prefiere que la gente común lo entienda. Y en eso creo que él lo vive como parte de su servicio.
Además, logra que su mensaje llegue a un público muy variado
Una vez, hace muchos años, en una situación muy crítica que había que hacer una información, yo le pregunté cómo quería que la escribiera. Él me dijo, “fácil, escríbelo de forma que lo entienda una persona que no sabe leer”. Detrás de esa frase, que en ese momento no me ayudó nada, hay una sabiduría enorme. Y me doy cuenta ahora, después de muchos años, de lo que él hace en realidad; no hace falta saber ni leer ni escribir para entenderlo. Lo que él hace lo entiende absolutamente todo el mundo y eso es lo que él quiere: ser entendido por la gente común, no le habla a los teólogos, ni a los canonistas, ni a los obispos, les habla a las personas. Incluso cuando habla con los teólogos, los canonistas y los obispos, les habla a las personas que son esos teólogos o esos obispos.
Aprender a comunicar bien es un gran desafío. Desde su experiencia, ¿qué consejos le da a las personas que se dedican a la comunicación en la Iglesia?
Es un desafío que tiene la Iglesia, pero también los empresarios, los políticos, los periodistas y todo el mundo. A todos nos cuesta mucho comunicar en un mundo en el que no es nada fácil la comunicación. Dentro de la Iglesia siempre digo que este es un problema no solo de la Iglesia sino de todos, como decía, y por eso no debemos vivir con complejo de culpa como si fuéramos los únicos que no sabemos comunicar.
Lo que hay que hacer para aprender a comunicar es aprender a escuchar. Uno aprende a comunicar, en tanto en cuanto es realmente capaz de escuchar. El Papa habla bien, y habla con un lenguaje que se entiende porque él durante toda su vida ha escuchado mucho y ha escuchado a gente común. Habla el idioma que hablan las personas comunes y escucha los problemas que tienen las personas comunes. El Papa nunca habla de los problemas que tiene el Papa, ni de los problemas que tienen los obispos. Habla de los problemas que tienen las personas y entonces como habla de algo que a ellos les interesa, le escuchan.
La Iglesia tiene que comunicar un mensaje “antiguo” con un lenguaje nuevo, nuevos medios y nuevas técnicas. ¿Cuál es la mejor forma de combinar estos dos factores?
Creo que la Iglesia no tiene un lenguaje de hace 2000 años, la Iglesia hace 2000 años que tiene un lenguaje. Hace 2000 años que comunica el Evangelio de Jesús de las formas que cada época exige, pero que el desafío no es adecuarse solamente al lenguaje de la gente, sino adecuarse al lenguaje del Evangelio. Lo que hace el Papa es hablar el lenguaje de las personas comunes y hablar el lenguaje del Evangelio. No solo con palabras, también usa imágenes, parábolas, utiliza relatos breves. Tiene el mismo estilo de comunicación que hay en los Evangelios y curiosamente, por eso esta es una etapa extraordinaria para la Iglesia, es el estilo de comunicación valorado en las redes sociales y en los medios de comunicación hoy en día.
En otro tiempo el lenguaje valorado era el discurso largo, con muchas citas, erudito… Y en ese contexto era muy difícil predicar el Evangelio. Ahora lo que valora la sociedad es un lenguaje simple, llano, rápido, con imágenes y ese es un lenguaje que a nosotros nos viene maravillosamente bien porque es nuestro lenguaje.
¿Cómo cree que la reforma de los medios de comunicación del Vaticano puede ayudar a una comunicación más eficaz?
No sé qué es exactamente lo que se está haciendo en los medios de comunicación del Vaticano. Pero creo que el problema no está tanto en lo organizativo ni en lo tecnológico, el problema está en el lenguaje y en las personas que comunican. Cuanto más importante es la tecnología más importante es todavía la calidad y humanidad del comunicador. Las personas se quedan viendo y escuchan al periodista o comunicador que es capaz de generar empatía y una aproximación afectiva. Y eso también es muy bueno para Iglesia porque la Iglesia sobre eso tiene mucho.
¿Ha tenido oportunidad de enseñarle el libro al Santo Padre?
Estuve con él este martes, lo vi a la salida de la misa en Santa Marta. El año pasado también estuve con él, y aquella vez sí conversamos más. Me impresionó mucho la paz que tenía, la paz que transmite con su presencia y mirada. Realmente es muy raro para mí conocer mucho a quien ahora es Papa. Me resultaba raro que me preguntara sobre cosas de mi familia, amigos. Uno no se imagina hablando con el Papa de esas cosas. Pero fue muy normal y muy lindo.
Entrevista de Rocío Lancho García
Fuente: zenit.org / romereports.com.
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