Dios es peligroso
Reproducimos a continuación un texto del teólogo suizo Hans Urs von Balthasar, donde comenta las palabras del Evangelio “he venido a traer fuego a la tierra, y ¡qué he de querer sino que arda!
(El corazón del mundo, cap.VII)
Si tienes fuego en casa, cuídalo bien en un hogar incombustible, cúbrelo, pues si una sola chispa de él sale fuera y tú no lo adviertes, serás tú con todas tus cosas pasto de las llamas. Si tienes al Señor del mundo en ti, en tu incombustible corazón, cuídalo bien, vete cuidadosamente con El, que no empiece a exigirte y ya no sepas a donde te lleva. Ten las riendas fuertemente de la mano. Dios es peligroso. Dios es un fuego devastador.
Dios ha puesto sus miras en ti. Escucha su advertencia: “Quien pone la mano en el arado, y vuelve la vista atrás, no es digno de mí. El que no me ama a mí más que a su padre y a su madre, más que a sus parientes y a su patria, sí, más que a sí mismo, no es digno de mí”. Presta atención, El disimula, empieza por un pequeño amor, por una pequeña llama, y antes de que te des perfecta cuenta, te coge por entero y ya estás preso. Si te dejas coger, estás perdido, pues no hay fronteras hacia arriba. El es Dios, y está acostumbrado a la infinitud. Te succiona como un ciclón, te mete en el remolino zarandeándote como una tromba de agua. Sé previsor: el hombre ha sido creado para la medida y el límite, y sólo en lo limitado encuentra descanso y felicidad; pero El no conoce la medida. Es un seductor de corazones.
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