Por qué todos se dan cuenta de la realidad menos el sr. Ruin? ¿Por qué hay un muro entre la realidad y Ruin? A estas alturas qué duda cabe que el desajuste entre la verdad y el ojo que ve la verdad es crónico e incurable. Ya ningún hecho tiene la capacidad de cambiar a ese ciego peligroso.
No tengo que hacer ningún esfuerzo para meterme en la mente del sr. Ruin. Su cabeza ahora mismo es una olla a presión. El agua de la rabia bulle con toda la fuerza que le es posible. Sin duda, a duras penas puede contenerse. Le gustaría explotar. Lo desearía. Tiene que castigar a los culpables como se merecen. Pero tiene que esperar. Ya ajustará cuentas, pero después. Sin duda que él ya ha encontrado a los culpables. Una mente tan preclara como la de él ya los ha hallado. Pero lleno de rabia, de tensión y de nervios, de momento, ha decidido ser magnánimo; de momento.
Pero en la República Ultrapopular del Líder Supremo de Sufridonia el reloj se ha puesto en marcha. Y por más que el Gran Gorila golpee su maquinaria como un energúmeno, ésta es grande como su país. Por más que machaque y aplaste más engranajes, siguen apareciendo más engranajes por todas partes con un tic-tac que le vuelve loco.
Publicar un comentario