“Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado por los magos”. (Mt 2,13-18)
Hemos tomado este día de los Inocentes demasiado superficialmente.
Es el día de la “inocentadas”.
Y sin embargo, el nacimiento de Jesús está como rodeado de figuras testimonio.
Figuras de gran seriedad y responsabilidad.
Y la Liturgia nos lo quiere dar a conocer.
Esteban, Juan. Los Niños.
No podían faltar los niños en el marco del nacimiento.
Niños inocentes, víctimas del poder montado en cólera y miedo.
Nos podemos burlar de los pequeños y tomarlos a la ligera.
Pero no podemos burlarnos de los grandes.
Los grandes pueden engañarnos.
Pero que nadie que se atreva a burlarse de los grandes.
No tienen humor suficiente y pronto montan en cólera.
Y su cólera no es una broma, porque pronto utilizan su poder para eliminar a los débiles.
Solo los humoristas y caricaturistas se permiten ese lujo.
La verdad que en este día siente algo extraño.
¿Por qué tiene que ser éste el día de las inocentadas?
Los niños eran inocentes.
Pero la gran inocentada de Herodes fue matarles.
¿Crees que fue una inocentada y no una de tantas brutalidades del poder?
¿No estaremos tomando demasiado a chacota el asesinato de tantos niños inocentes, por la simple ambición de asegurarse el poder?
En un mundo como el nuestro, donde los niños parecen ser un estorbo para nuestra comodidad, ¿no debiéramos tomar mucho más en serio esta celebración? ¿No debiera ser un día en el que nos preguntásemos?:
¿Qué significa un niño para nosotros?
¿Qué trato damos a los niños?
¿Cómo aceptamos y recibimos a los niños?
¿Qué vida damos a esos niños que tienen que mendigar por la calle?
¿Qué pensamos de esas legislaciones que tan fácilmente aceptan el aborto para salvar nuestro “honor”, o para no complicarnos la vida?
¿Qué pensamos de tantos dineros ganados abortando niños no nacidos?
¿Qué diferencia hay entre matar al niño en el seno materno que matarlo recién nacido?
Personalmente me suena mal eso de “hacer inocentadas”.
¿A caso se imaginan a Herodes haciendo “inocentadas”?
¡Qué caro resulta el poder cuando estamos arriba matando niños inocentes!
¡Qué sucio resulta el poder cuando estamos desde arriba matando a quienes vemos como un peligro para nuestras alturas!
¡Qué peligroso resulta un mundo que da permiso para matar inocentes!
Estos niños:
No llegaron a conocer al Niño.
El poder no les dio la oportunidad.
Pero perdieron sus vidas por su causa.
Porque, lo que se buscaba era eliminar al Niño.
No creo sea un día para tomarlo tan a la ligera.
Creo que es un día que invita a la reflexión sobre:
Tantos niños que mueren antes de nacer.
Tantos niños que mueren de hambre.
Tantos niños que no pueden jugar porque tienen que trabajar.
Tantos niños jugando con un balón de trapo porque no tienen uno de cuero.
Tantos niños que ni siquiera son reconocidos por sus padres.
Tantos niños que vivirán tratando de ver en cada hombre de la calle el posible rostro de su padre.
Me quedo con la frase de Tagore, que más o menos dice así: “Cada niño que nace es una señal de la esperanza de Dios”.
Clemente Sobrado C. P.
Archivado en: Ciclo C, Navidad, Santos
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