“El Señor habló a Moisés. “Di a Aarón y a sus hijos: “Esta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas: “El Señor te bendiga y te proteja ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor, El Señor se fije en ti y te conceda la paz”. (Nm 6,22-27)
Comenzamos el año con la fiesta de Santa María, Madre de Dios.
María, la bendición de Dios a los hombres.
María, “la bendita entre todas las mujeres”.
María, la que nos bendijo a todos regalándonos a Jesús.
Dios que le dice a Moisés cómo nos hemos de bendecir los unos a los otros.
Todos somos bendecidos de Dios.
Y todos somos bendición para todos los hombres.
Es lindo comenzar el año con la “bendición”.
El mismo año que comenzamos ya es una bendición de Dios.
Y debiera ser el año el que todos vivamos “bendiciéndonos”.
Es posible que, aún sin pensarlo hayamos regalado muchas bendiciones.
“¡Feliz Año Nuevo!”
¿Cuántas veces lo hemos dicho esta noche?
Pero no es suficiente.
Todo el año debiéramos vivir bendiciéndonos mutuamente.
Bendecir es decir cosas buenas a los demás.
“El Señor te bendiga y te proteja”.
“ilumine su rostro sobre ti”,
“te conceda su favor”.
“se fije en ti y te conceda la paz”.
Bendecir es:
Decir cosas bonitas los unos a los otros.
Desear cosas buenas a todos.
Sonreír cada día a los demás para hacerles sentir bien.
Es desear que Dios se fije en ti cada día.
Es desear que Dios te ayude y proteja cada día.
Es desear que Dios ilumine su rostro sobre ti cada día.
Es desear que Dios te conceda sus favores cada día.
Una manera bonita de comenzar cada día.
Bonita manera de comenzar el día los esposos.
Bonita manera de comenzar el día los padres.
Bonita manera de comenzar el día los hijos.
Bonita manera de comenzar el día los hermanos.
Bonita manera de comenzar el día los vecinos.
Está bien eso de “Buenos días”.
Pero ¿no necesitaremos algo más.
Comenzar el día deseándonos una vida mejor hoy.
Comenzar el día sintiendo que Dios se fija en nosotros.
Comenzar el día que ilumina su rostro sobre el nuestro y nuestro se embellece.
Comenzar el día sabiendo que somos los favoritos de Dios.
Comenzar el día sabiendo que nos concede la paz a través de nuestra paz.
No digamos que el mundo está mal.
Digamos que no sabemos leerlo.
No digamos que sabemos entendernos.
Digamos que el mundo es triste, si nosotros no sabremos sonreírnos.
No digamos que es difícil vivir como pareja si no vivimos con la bendición de cada día.
¿Cómo será el año que comenzamos?
Depende de las “bendiciones” que nos demos.
Vivir diciéndonos cosas buenas es vivir como Dios que cada día nos bendice.
María es “la bendita” de Dios.
Nosotros somos los “benditos” de Dios.
Nosotros somos los “benditos” de los demás.
Clemente Sobrado C. P.
Archivado en: Ciclo C, Maria, Navidad
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