Haz muy feliz, Señor, en el cielo al amigo sacerdote, P. Fermín, que nos dejó hace un año. Dale un gozo grande, luminoso y eterno. Que sus trabajos sacerdotales, su sencillez, su silencio, se vea ahora colmado para siempre ¡Descansa en paz y vive para siempre, amigo Fermín!
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