Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Jesucristo
“Le dijeron a Jesús sus discípulos: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?” El envió a dos discípulos, diciéndoles: “id a la ciudad….” (Mc 14,12-16.22-26)
Este año, la fiesta del Corpus proclama el Evangelio de Marcos sobre la Ultima Cena de Jesús.
Son los discípulos quienes se adelantan a preguntarle ¿dónde piensa o dónde quiere celebrar la Cena Pascual?
Y además, le preguntan dónde quiere que se la “preparen”.
Tres palabras interesantes:
Dónde.
Preparar.
Pascua.
Y resulta extraña la respuesta de Jesús:
De ordinario, él anda poco por las “ciudades”, que son siempre más peligrosas.
Porque, normalmente, él prefiere las “aldeas”, donde la gente es más sencilla y acogedora.
Y esta vez, Jesús elige la “ciudad”: “vayan a la ciudad”.
La Pascua es signo de liberación.
La Pascua es camino de libertad.
La Pascua es celebración de libertad.
Y Jesús elige esta vez la ciudad, la que más necesita de ser liberada de sus esclavitudes.
La esclavitud del poder.
La esclavitud de los poderosos.
La esclavitud de la religión de la Ley.
La Eucaristía va siempre ligada a la libertad.
La Eucaristía va siempre ligada a la celebración de la libertad.
La Eucaristía va siempre ligada a salir de la esclavitud.
La Eucaristía va siempre ligada al compromiso de hacer libres a los demás.
La Eucaristía va siempre ligada a la Pascua.
La pregunta que hoy tendremos que hacernos todos será:
¿Dónde quiere Jesús que celebremos la Eucaristía?
¿No será también allí donde también hoy se vive más en la esclavitud?
¿No será precisamente allí donde hoy más se necesita de una Pascua que nos libere de nuestras esclavitudes?
No será fácil hoy elegir donde más se necesita de la Eucaristía, sacramento pascual.
Porque en “la ciudad” hay demasiadas esclavitudes.
En los márgenes de las ciudades la esclavitud abunda.
Las ciudades “esclavas del poder y del tener”.
Las ciudades “que esclavizan” y “excluyen” y “marginan” a los que no interesan.
Pero hay algo que olvidamos:
La Pascua hay que prepararla.
La Eucaristía hay que prepararla.
¿Dónde querrá Jesús que le preparemos su “Cena Pascual” hoy, para que pueda ser una Eucaristía con sabor a Pascua, a libertad, a liberación?
Para la Eucaristía no solo nos preparamos espiritualmente con nuestros rezos y recogimiento espiritual.
Para la Eucaristía también es preciso prepararla comprometiéndonos todos:
A liberar a los hermanos de la esclavitud de su marginación.
A liberar a los hermanos de la esclavitud de la injusticia.
A liberar a los hermanos víctimas de la pobreza.
A liberar a los hermanos víctimas del poder político y religioso.
Ambos poderes excluyen y marginan.
Ambos poderes crean esclavitudes.
Ambos poderes crean esclavos.
¿Se podrá celebrar la Cena de Pascua de Jesús, en un clima de esclavitud y marginación?
O ¿no será precisamente ahí donde es preciso prepararla?
¿No será ahí donde Jesús quiere anunciar su Pascua?
¿No será ahí donde Jesús quiere celebrar al hombre libre?
Clemente Sobrado C. P.
Archivado en: Ciclo B, Tiempo ordinario Tagged: comunion, cuerpo, eucaristia, sangre
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